El mundo entero conmemoró hoy el inicio de la invasión a Polonia por la Alemania fascista. Pero la conmemoración, celebrada en la ciudad polaca de en Gdansk, donde hace 70 años comenzó la II Guerra Mundial, se ha llevado a cabo en medio de una controversia signada por el revisionismo histórico.
Una reinterpretación de la historia hecha por Polonia acusa a la URSS de cómplice del fascismo; y las revelaciones rusas de nuevos documentos dejan al descubierto el colaboracionismo polaco para propiciar la invasión del fascismo alemán.Nadie, sin embargo, ha levantado su voz para denunciar los remanentes de esa ideología que hoy sobrevive en el mundo. En la propia Europa, en los grupos neonazis que someten a un nuevo holocausto a los inmigrantes; en Estados Unidos, con los neofascistas norteamericanos que marchan contra Obama; en la República Bananera de Miami, las hordas de la intolerancia rompen discos y queman camisas negras.
El fascismo, desgraciadamente, no es un modo de pensar y de actuar perteneciente al pasado, aún sigue ahí, y a cada rato nos deja ver su oreja peluda.
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