miércoles, 8 de abril de 2009

Ángel Santiesteban se despide o el bloguero que no quiere que lo quieran


Un post colgado por el escritor Ángel Santiesteban en su blog de la revista Encuentro sobre la presencia de escritores cubanos en la pasada Feria del Libro celebrada en ciudad de Mazatlán, México, ha generado una cola de correos que comienza a circurlar por la red de cubarte. Aquí les dejo un resumen de dicha correspondencia.

Nota: Los textos, a la manera de los blogs, están colocados de manera ascendente de acuerdo al orden con que han ido entrando a mi bandeja de correo.



Carta acerca de FELIART en un lugar de México

En el estado de Sinaloa, específicamente en la ciudad de Mazatlán (“tierra de venados”), se celebra desde el año 1999 la Feria del libro y las artes (FELIART), luego de un primer intento llevado a cabo dos años antes, conocido como Jornada por la Lectura, Universidad Autónoma de Sinaloa 97 organizada entonces por el actual Director del Instituto Municipal de Cultura de Mazatlán, el narrador José Luis Franco Rodríguez. Anualmente se entrega en la ciudad el Premio de Literatura al mejor libro publicado en México en el curso de los doce meses previos al evento, de forma que el escritor o escritora que reciba dicho galardón, sea quien inaugure las actividades de la Feria.
Enclavada en el Centro Histórico de Mazatlán, la plazuela Machado se ofrece como anfitriona de lujo, para recibir a los intelectuales que desde allí reciben la calidez y el entusiasmo de los sinaloenses, quienes acuden curiosos, solidarios e interesados en las manifestaciones artísticas de cualquier índole.Grupos danzarios, humoristas, historiadores, poetas, novelistas, dramaturgos, artistas en general son acogidos generosamente por los organizadores, para disfrute de la población infantil y adulta, que apenas deja espacios libres por donde transitar durante los días de marzo que se dedican a FELIART.
Importantes escritores mexicanos han dejado su impronta en la hermosísima ciudad, hayan sido galardonados o no con el prestigioso Premio Literario de Mazatlán: Paco Ignacio Taibo II, Juan Villorro, Carlos Monsiváis, David Toscana, Mónica Lavín, Cristina Gutiérrez, Rafael Ramírez, entre otros y otras más. El cubano Julio Travieso fue merecedor de dicha distinción con su novela “El polvo y el oro” en el momento de su edición en ese país, y formó parte este año 2009, de la delegación cubana que asistió como invitada de honor. Luego de una década de fructífera labor, la FELIART se internacionalizó por primera vez, y por decisión unánime de sus organizadores, encabezados por Franco Rodríguez, el país invitado fue Cuba.
Gran honor para quienes tuvimos la responsabilidad y el regocijo de representar a nuestros artistas. Conocíamos la obra de varios intelectuales que han sido invitados con anterioridad, sobre todo la que de aquellos que de una forma u otra han estado vinculados con nuestro país:De PIT II no hay mucho que decir que no sepa nuestro público. Sólo mencionaré el extraordinario regalo que nos dejó en la recién finalizada FIl de La Habana 2009: “Tony Guiteras, Un hombre guapo”, libro imprescindible para nuestra historiografía; David Toscana, destacadísimo novelista de Monterrey, autor de “Duelo por Miguel Pruneda”, “El último lector”, “Santa María del circo” y varias novelas más, acaba de ser distinguido en la más reciente edición del Premio CASA, con el Premio Honorífico de Narrativa José María Arguedas por su novela “El ejército iluminado”. El famoso humorista Rius, autor de innumerables libros donde la gráfica y su percepción aguda de la realidad lo colocan entre las figuras más cimeras de la sátira, estuvo presente en las jornadas de este marzo, con un nuevo y magnífico volumen: “La obesidad al alcance de todos”, que tuvimos la oportunidad de adquirir, además de deleitarnos con sus afilados comentarios; Jorge Volpi, ganador del Premio de Literatura Mazatlán 2009 con su libro de ensayos “Mentiras Contagiosas” es integrante del llamado grupo B 39 y tuvo a su cargo la inauguración del evento.
En una apretada síntesis, intento destacar la importancia de FELIART, y el gran honor que significa para nosotros que Cuba encabece los países que a partir de ahora, serán honrados como invitados extranjeros. En una crónica aparecida en la publicación “Mazaturismo”, el escritor Juan Villorro declaraba Es FELIART la feria más humana que conozco, y debo decir que coincidimos con él, dado el hecho de que establece comparaciones con otras mundialmente famosas por su carácter mercantil y por la distancia que se establece en ellas entre editores, escritores y público lector.
La delegación cubana que asistió entre los días 23 y 30 del pasado mes de marzo a la fiesta del arte que con creces se logró en la ciudad llamada Perla del Pacífico, sentimos la satisfacción de constatar el interés por Cuba y el respeto hacia nuestra cultura. Participamos en muchas presentaciones, ruedas de prensa, ofrecimos entrevistas en varias emisoras de radio y televisión, y fuimos honrados, a petición del señor José Luis Franco Rodríguez a pronunciar las palabras de clausura de las sesiones del FELIART. Una vez más, se demuestra que no hay mejor vehículo para el entendimiento de los pueblos que la cultura, en su sentido más amplio, respetuoso y enriquecedor.

Laidi Fernández de Juan7 de abril, 2009.


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Ángel Santiesteban: las torpezas de un reporter

Por Ernesto Pérez Chang


Los jadeos sexuales furtivos de una infortunadita pareja de vecinos que mantuvo muy preocupado a nuestro "clásico vivo", en su papel de cronista a tontas y a locas, no le permitieron escuchar bien los chismes que le proveyeron sus malas fuentes. En la penumbra y tras la puerta, tal vez entusiasmado con el ardor ajeno, es cuando a su mente le asaltaron -y a mano armada- las energías de algún teórico literario de manicomio con capricho compulsivo de reporter. La que escribiré de inmediato es, sin dudas, una frase de antología: "Aquellos escritores, cuya Literatura jamás cuestiona la gestión gubernamental, fueron hace dos semanas, en una delegación "todos estrellas", a la Feria del Libro de Mazatlán, México." La construcción es bien desastrosa pero será posible y hasta saludable ignorar disonancias y desmaños cuando el esperpento de lo dicho nos detenga ante esa categoría estética que, en su excentricismo asalariado, disfrazado de malquerencia, ha parido el angelito. ¿Cuántos escritores caben en su definición? ¿Sólo la docena que asistió a Mazatlán1 o la casi generalidad de los que en el mundo han sido? Si nos planteáramos la aventura de una antología de autores del pasado y del presente que no cuestionaron ni cuestionan eso que él llama "gestión gubernamental", terminaríamos este milenio con la derrota de la empresa por exceso de candidatos y, al final del próximo, aún nuestros descendientes estarían sumando autores. Creo que ni siquiera en la obra misma de Santiesteban existe una línea que "cuestione la gestión gubernamental". En su caso pudiera ser, quizás, porque no hay razones ni talento para inventarlas, su discurso cuando pretende ser político se trueca simplemente en sonido y furia, al cual salpimenta con algunos melodramas plagiados de los peores discípulos de Felix B. Caignet. Tenga en cuenta que todo el supuesto arsenal ofensivo del cual dispone Ángel para su papel de articulista "disidente", se modula en una suerte de más de lo mismo. Sólo haría falta que un filólogo, sólo por aburrimiento, se dé a volcar su pericia en demostrar cuán miméticos, seriados y acompasados resultan los blogs que Cubaencuentro, PRISA and Cia. se han dado en colgar como una nueva, desesperada y deslucida estrategia para fabricar una disidencia "otra" --con visos de "cultural" o de "generacional" (para que parezca una epidemia)-- que maneje, siempre hacia la derecha, la ya manipulada opinión pública mundial con deformaciones, desinformaciones y gigantes por molinos, una empresa que sólo ha de servir para que, en un saldo de cuentas harto jugoso y muy bien planeado, una megaindustria de la contrarrevolución con sede en Miami se engorde con cualesquiera de los peores destinos de nuestra nación. Estas estrategias a la moda serán desenmascaradas, una a una, en su momento.
Pero virtudes hay en la paginita de Ángel, no se las neguemos. Además de acuñar esa abarcadora, aunque torpe, "clase literaria" para definir la literatura cubana actual, de la cual desconoce (¿por sus escasas o malas lecturas?) la diversidad y la pluralidad que en el presente la caracterizan. Santiesteban ha descubierto el modo más eficiente de condensar desinformación, disparate, torpeza, impericia literaria, falta de imaginación y antiperiodismo en un record de tres cuartos de página. El mérito habrá algunos que se lo discutan pero creo que bien sumará desde ahora el mote de "majestad de la pifia", al otro ridículo y carcajeante apelativo de "clásico vivo" que acuñara aquel alucinado Emir del Valle de los Manipuladores en un aborto de entrevista forzada que hace unas pocas semanas circulara por e-mails. Claro, aún así, henchido de mofa el disparate, hubo algunas cacatúas de la Isla que lo repitieron -es decir, aquello de "clásico vivo"-- sin percatarse de que el "elogio" en la boca del zorro era para el queso en el pico del cuervo. ¡Y bien que se lo ha mal creído el angelito! Quedándole chico el traje de narrador que bien le ganó a los tutores con libros y premios, ahora se ha arrebatado con lo de las cibercrónicas que mucho, como sonaja imprescindible, llevan de fantasía y absolutamente nada de autenticidad y vocación por el reportaje. Ese escupitajo de ponzoña lanzado con tirria sobre aquellos que fuimos invitados a la feria del libro de Mazatlán, evidentemente es delirante y cínico. No conozco ni me preocupa saber cuáles fueron las expectativas de cada uno de nosotros antes o después de la llegada a México. Es intrascendente para lo que con éxito sucedió allí. En lo particular, siempre he asumido los viajes con responsabilidad intelectual, porque soy un escritor; y con la inquietud del descubrimiento, porque desciendo de errantes chinos, franceses y españoles e inexorablemente lo empujaron los siglos en la sangre. Fue esta hacia Mazatlán una delegación tan heterogénea como así de escritores fue armada con acierto, como así de humanos, como así de diversos. Pocos de los que asistimos fuimos alguna vez discípulos incondicionales de alguien. No llevamos sino las marcas, las alevosías literarias y los contornos que nos hacen distintos, y creo que exhibimos muy poco de estrellas. Cada cual dialogó con la prensa y el público desde su personal ideología, y creo que desde esa sinceridad intelectual que en un final es la que impide que en los silencios y los murmullos y las incoherencias, más que humanas, crezcan los fantasmas del odio del ofuscado Ángel que sí busca emplazar en la literatura ese "registro con valoraciones extraculturales" del que dice cuidarse pero al cual acude en su propensión al divismo. Lo cierto es que nada de lo que escribe sobre Mazatlán se corresponde con lo acontecido. No sé a qué viene su pena ajena. Sé que en ningún momento las instituciones cubanas aseguraron a los organizadores mexicanos que correrían con una parte de los gastos nuestros. Las invitaciones cursadas desde México son explícitas y los responsables mazatlecos cumplieron el papel de anfitriones con todo el respeto y la amabilidad que por tradición histórica les caracteriza. Soy consciente de que dejamos satisfacción y experiencia en ellos. Hablamos sobre nuestros libros y sobre Cuba. Recibimos solidaridad y atención. Cuba era la invitada de honor a un evento cultural que por vez primera dejaba de ser nacional. Fuimos los cubanos, y no sólo los escritores, los privilegiados por los lazos culturales que unen a Mazatlán y a Cuba. De Cuba son los profesores de ballet y música que imparten clases en sus academias; de Cuba es, incluso, su Reina de Carnaval.
Pienso en miles de razones que han llevado a Santiesteban -que ha integrado, en numerosas ocasiones, representaciones similares, organizadas por instituciones culturales cubanas-- a perpetrar el más fallido de todos sus textos. Atribuirle un dilema me seduce: o no tiene sobre qué hablar y apela al despropósito, o algún periodista inhábil que no pudo colar por mediocre sus desbarros en el más barato de los diarios de derecha, le ha pedido que juegue sucio por él. Ahora, ante esta página desentonada sobre Mazatlán, no dudo en que hay muy "mala leche" en su aparente penar solidario. No sé si padece de Alzheimer, pero creo que al nuevo blóger se le olvida que a alguien ambicioso, en la cercana Hispaniola, se le vio trotar discreto en episodios lastimeros y tremebundos, denigrantes. Y que en nuestra Isla ese mismo filibustero formó parte de, intervino en, tomó partido por y celebró cuanta iniciativa noble y justa sirvió de vehículo para enaltecerle.
Lo que me parece mucho más bruto que cualquiera de los dislates comentados --algo así como la irrupción del pelo en la sopa- es que el autor de este blog colgado en Encuentro se promueva --en el lado derecho de la página, es decir, allí en la zona donde se difama y se trasviste-- como hijo desahuciado, como escritor excluido, y hasta censurado, mientras en el margen izquierdo exhibe una larga nómina de premios importantes otorgados por esas instituciones cubanas "oficialistas" (dígase Casa de las Américas, Instituto Cubano del Libro y UNEAC) que también han publicado la recua de títulos que el espacio del ensalce personal exhibe, creo que para reafirmación del estrellato por el cual solloza.
La Habana, lunes 6 de abril de 2009.
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[1] Integramos la representación cubana, escritores de estéticas ygeneraciones diferentes: Antón Arrufat, Anna Lidia Vega Serova, Francisco López Sacha, Laura Ruiz, Jorge Ángel Pérez, Rogelio Riverón, Laidi Fernández de Juan, Pedro de Jesús, Adis Barrios, Julio Travieso, Vivian MartínezTabares y Ernesto Pérez Chang. David Mitrani, Aida Bahr y Raúl Aguiar no pudieron asistir por diversas razones.

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El muchacho se despide

Olga Lidia Triana (Vicepresidenta para las Relaciones Internacionales del Instituto Cubano del Libro)

Ángel Santiesteban denuncia desde el sitio Encuentro en la Red a un grupo de escritores cubanos porque su literatura jamás cuestiona "la gestión gubernamental". La prueba es, según Santiesteban, haber integrado una delegación a la Feria de Mazatlán, México, y los motivos que el denunciante les atribuye van desde los zapatos de una madre necesitada hasta el agua caliente para ducharse.Sobra aquí referir el enorme esfuerzo realizado en los últimos años para garantizar la presencia de los escritores cubanos en eventos internacionales sin exigirles jamás una declaración política ni pretender manipularlos como es la regla de oro de la publicación desde la que Santiesteban lanza sus ataques contra nuestros escritores suponiéndoles a ellos el comportamiento mercenario que reserva para sí. Valga recordar que este autor, que ahora se autoproclama excluido, clausuró desde la Televisión Nacional las imágenes de nuestra más reciente Feria Internacional del Libro, en la edición dominical del Noticiero estelar, ha dispuesto de los espacios más importantes para la presentación de su obra y acudió como parte de la delegación cubana a la FIL de Guadalajara del 2002.La exigencia de una especie de realismo antisocialista para nuestra literatura que hace Santiesteban, y los ataques contra los escritores cubanos más bien anuncian que el que se despide, de la ética y de la literatura es él.

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Los muchachos se despiden

Ángel Santiesteban 04/04/2009 20:50

AQUELLOS ESCRITORES, CUYA Literatura jamás cuestiona la gestión gubernamental, fueron hace dos semanas, en una delegación "todos estrellas", a la Feria del Libro de Mazatlán, México. Uno de ellos, que ve los viajes con la regla más pragmática del ajedrecista: se gana o en última instancia se logra tablas, titubeaba en asistir o no. Tal postura se traduce en que, si no puede conseguir algún dinero de viático o por la venta de libros para su beneficio, nunca sacrifica el poco dinero que tiene. Éste encontraba remota la posibilidad de adquirir algunos pesos, pues alguien le dijo que aquel festejo no iba más lejos que la feria de Las Tunas, sólo que, con luces y Coca Cola. Sin embargo, el propio día de la partida, a su madre se le rompió un zapato y, apremiado, voló al país vecino sin miramientos. Dios quiere que asista, me dijo, mientras guardaba un papel con la silueta de la plantilla. Otro integrante, previendo lo mal que pudiera irle en esa ciudad, pidió una semana más de estancia en el Distrito Federal, para a como fuera revertir sus carencias habaneras. Un baño de capitalismo, de vez en vez, no viene mal, aseguró. Alguno comentó que aceptó la invitación al país azteca para disfrutar de la tranquilidad de una alimentación adecuada, sábanas limpias a diario, la CNN, y agua caliente para ducharse. Con eso me siento como si me hubiera ganado el premio Nobel, o más que eso: campeón de los pesos completos, me dijo. No le importó que un amigo mexicano, dado a las letras, le aseverara vía correo electrónico que desconocía que en aquella ciudad organizaran una feria del libro. Apenas llegaron al aeropuerto mexicano, se escuchó el alarido de los organizadores. Cuba había prometido correr con parte de los gastos. Tras pagar ellos el pasaje, suponían que los escritores llegarían con el dinero del hospedaje. Nada tan ajeno a la verdad. Luego de una gestión del comité gestor, varios dueños de hoteles, siempre en aras de cooperar con la cultura de su ciudad, "brindaron" hospedaje gratuito a los cubanos. No conformes con esto, dos días después de su llegada, los escritores cubanos nombraron un representante de la delegación para que exigiera su estipendio, mostrando a cuantos encontraron en su camino, la carta de invitación que aseguraba la entrega de un eximio peculio. Y lo lograron. Antes, uno de los organizadores comentó, que somos los únicos extranjeros que conoce incapaces de exigir en su casa lo que les toca o les prometen, pero eso sí, aptos para reclamar, a cualquier anfitrión, favores con escopeta. Duele contarlo. Cuando me lo dijeron sentí pena ajena por ellos. Un sentimiento solidario emerge, al constatar tanta humillación. Preciso es confesarlo, en lo personal me alegra no formar parte del "todos estrellas", como tampoco de ningún otro registro con valoraciones extraculturales, salvo las listas de los no oficialistas o la de insurrecto. Sin embargo, a ellos estoy unido, quiéranlo o no. Estamos unidos. No en vano integramos la generación de los hijos que nadie quiso.

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