Dejando a un lado su habitual estilo "barroco encubierto" El Nuevo Herald vuelve sobre el tema del dinero de la NED -alias de la CIA- que debió entregársele a los llamados bibliotecarios "independientes" y que nunca llegó a la Isla.
En una nota en la página de opinión en la sección trasfondo titulada Hoy en dia el periódico miamense va casi al grano del asunto:
"Un grupo de activistas del Proyecto de Bibliotecas Independientes de Cuba (PBIC) decidió separar de sus filas a sus fundadores, Humberto Colás y Berta Mexidor, exiliados en Estados Unidos desde hace algunos años"."Hay argumentos encontrados. Pero en el centro de la disputa se encuentra una partida de dinero que cada año concede el National Endowment for Democracy (NED), para el trabajo de las bibliotecas en la isla. También subyacen, al parecer, cuestiones de protagonismo y poder". (...)"Ojalá que, al final de esta exhibición de fealdades, los libros que la dictadura proscribe sigan llegando a los lectores en cualquier rincón de la isla".
Pero a pesar de este intento de objetividad El Nuevo Herald no llega nunca al fondo ni al trasfondo del asunto. Primero, usa la palabra transparencia como sinónimo de robo. Y aunque ya no se menciona a la NED como una "organización sin filiaciones políticas", olvida que ni los lectores cubanos, ni los supuestos bibliotecarios andan reclamando ningún libro. A los llamados "independientes", sin embargo, lo que único parece importarles es el libro de cuentas donde aparecen los fondos con que la NED, leáse CIA, mantiene el negocio.
› Continúa el robo a los "independientes"
En una nota en la página de opinión en la sección trasfondo titulada Hoy en dia el periódico miamense va casi al grano del asunto:
"Un grupo de activistas del Proyecto de Bibliotecas Independientes de Cuba (PBIC) decidió separar de sus filas a sus fundadores, Humberto Colás y Berta Mexidor, exiliados en Estados Unidos desde hace algunos años"."Hay argumentos encontrados. Pero en el centro de la disputa se encuentra una partida de dinero que cada año concede el National Endowment for Democracy (NED), para el trabajo de las bibliotecas en la isla. También subyacen, al parecer, cuestiones de protagonismo y poder". (...)"Ojalá que, al final de esta exhibición de fealdades, los libros que la dictadura proscribe sigan llegando a los lectores en cualquier rincón de la isla".
Pero a pesar de este intento de objetividad El Nuevo Herald no llega nunca al fondo ni al trasfondo del asunto. Primero, usa la palabra transparencia como sinónimo de robo. Y aunque ya no se menciona a la NED como una "organización sin filiaciones políticas", olvida que ni los lectores cubanos, ni los supuestos bibliotecarios andan reclamando ningún libro. A los llamados "independientes", sin embargo, lo que único parece importarles es el libro de cuentas donde aparecen los fondos con que la NED, leáse CIA, mantiene el negocio.
› Continúa el robo a los "independientes"
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