El humorista Alexis Valdés |
Así se lo se lo dejó saber al portal 'Primera Hora', donde además dijo que se considera una persona mal vista por el gobierno de la mayor de las Antillas. "Durante muchos años todos los cubanos que trabajamos en un medio en Miami te ven como persona un poco non grata, desde el punto de vista oficial", criticó.
Desde su punto de vista esta situación no ha cambiado y aseguró que los cubanos que trabajan en territorio estadounidense siguen en la misma posición.
"Fui de los muy esperanzados y de los que desde el primer momento apoyé (el acercamiento), y de cierta manera tratas de influenciar a los demás con tu positividad, pero también veo que no ha pasado lo que esperaba, que ha sido política", lamentó Valdés a la citada publicación.
Alexis Valdés quiere volver a trabajar en la Cuba que le vio crecer, a pesar de que es consciente de las dificultades actuales. Y recuerda con nostalgia su última presentación en La Habana en 2004 en el teatro Mella durante el festival de humor. De hecho Valdés recordó aquella ovación cerrada con el "público en pie durante 10 minutos". "Recuerdo que yo no podía actuar y al ver eso me puse a llorar", relató el actor.
Alexis Valdés sin dudas ha tenido mala suerte porque cada es mayor la cantidad de cubanos que visitan la Isla. Después de la nueva política cubana se contabilizan en más de medio millón la gran mayoría de ellos trabajan y viven en Miami y nadie, en la Isla, mucho menos el gobierno los trató como personas non grata.
De hecho, no son los cubanos que viven allende los mares de la isla quienes sufren restricciones para viajar a Cuba. Es a los ciudadanos americanos a quienes su gobierno no les permite viajar como turistas al país caribeño, y a estas alturas del partido entre Washington y La Habana, aún deben acogerse a doce categorías impuestas por el Departamento de Estado norteamericano.
El problema de Alexis, según afirma el humorista, parece ser que a él le “encantaría actuar para la gente de mi tierra, pero sin que eso suponga que tengo que venderme de una manera que no soy o tenga que hacer concesiones que después yo no me sienta feliz conmigo mismo".
¿Habrá tenido que hacer Valdés alguna concesión durante su presentación en el Mella? Más bien habría que preguntarse cuáles han sido las concesiones que ha tenido que hacer Valdés, para poder ser conductor de espacios de una televisión dominada por un fanatismo anticubano en donde hasta el humor se politiza y no precisamente a favor de la patria que él -pobre desdichado-, ahora extraña.
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