miércoles, 16 de noviembre de 2011

El caliente Cain hace "negocios" en santuario terrorista de Miami

Por M. H. Lagarde

Con varias acusaciones de acoso sexual obstruyendo su camino hacia la Casa Blanca, el aspirante  republicano Herman Cain dijo hoy en Miami que Estados Unidos debería aumentar su presión sobre el Gobierno de Cuba y apoyarse en el exilio cubano para derrocar a los hermanos Castro.
"Creo que no sólo debemos continuar la presión sobre el régimen de los Castro, sino que debemos aumentar esa presión", dijo Cain ante un centenar de personas reunidas en el exterior del famoso restaurante Versailles, centro de reunión del exilio cubano en Miami.
Durante su discurso de campaña, Cain no hizo mención alguna a la relación entre Cuba y Estados Unidos, y sólo cuando ya había acabado y ante el insistente reclamo de los asistentes -en su mayoría exiliados cubanos- ofreció su opinión sobre el Gobierno de la isla.
Aseguró que la mejor manera para llevar la democracia a la isla es "hablar con las personas que más saben de este tema", en referencia a los cubanos que residen en Estados Unidos.
Los que más saben del tema deben ser, según Cain, los terroristas que usan como santuario al restaurante Versailles. No hace mucho, dicho restaurante fue la tribuna utilizada por el asesino de Barbados, Luis Posada Carriles y el corrupto senador David Rivera, para recaudar fondos para sufragar la defensa del amañado juicio que se le efectuaría en la ciudad de El Paso al Ben Laden de América (Posada) por el "terrible" delito de haber entrado ilegalmente a Estados Unidos.
En cierto modo, la presencia y las declaraciones de Cain en la mata del terrorismo de esa ciudad del Sur de la Florida explica la relación de colaboración y chantaje que existe entre la mafia anticubana y los pretendientes a inquilinos de la Casa Blanca.
 En las afueras del Versailles, el presunto presidente repite las mismas promesas hechas por los aspirantes de once administraciones norteamericanas anteriores, mientras los republicanos de Miami -aún cuando el republicano no va a vencer al Premio Nobel de la OTAN ni en un juego de parchis-, aplauden, por si las moscas, con la esperanza de que, sea quien sea el que gane las elecciones, mantenga intacto los pilares del más próspero negocio de la urbe: la industria anticubana.

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