El terrorista Montaner no quiere lastimar a Yoani Sánchez

› Foto de Montaner durante la presentación del libro de Yoani Sánchez en Miami. Tomada del blog de Yohandry

Por M. H. Lagarde

Curiosamente, y aunque según la página digital de Radio TV Martí, la presentación del libro Habana Real de la bloguera Yoani Sánchez ocurrió "a lleno completo", en la librería Books and Books de Coral Gables, no existe apenas constancia gráfica del suceso.
Solo una foto, tomada de Facebook y publicada en el blog de Yohandry -si es que la foto donde se ve al terrorista Carlos Alberto Montaner ante un anaquel de libros no fue realizada en otro lugar-, es lo que ha quedado como constancia gráfica del bautizo de Yoani Sánchez como “intelectual”.
Realmente llama la atención que un momento tan trascendental como ese, haya pasado desapercibido a los lentes de las cámaras de un público admirador de la bloguera y, por lo tanto, al corriente del papel de las redes sociales; ni que haya aparecido, hasta el momento de la publicación de esta nota, “otra” imagen en el blog de Montaner o en el de Ted Henken, otros de los presentadores.
La explicación del misterio de la falta de imágenes del suceso podría estar tal vez en una frase dicha por Montaner durante la presentación del libro en referencia a la bloguera: "uno tiene que tener mucho cuidado de no lastimarla, de no crearle dificultades".
¿Qué dificultad podría crearle Montaner a Yoani Sánchez en una liberaría del Sur de la Florida, a noventa millas de la "feroz y terrible dictadura castrista"?
Sin dudas una forma de lastimarla consiste en que se le asocie, una vez más, con su persona. Aunque algunos seguidores de ese fenómeno de manipulación mediática que lleva por nombre Yoani Sánchez, señalan a Montaner, junto al grupo español Prisa, como uno de los padres de la criatura, el terrorista, devenido intelectual por obra y gracia de la CIA, ha negado dicha relación en varias ocasiones.
Está claro que Montaner, otro “importante intelectual” inventado por la agencia, no desea estigmatizar con su sombra a la que bien podría ser su relevo en el oficio de denigrar a Cuba.
Cualquiera además podría darse cuenta de que su engendro madrileño lo imita con bastante fidelidad en eso de lograr unir palabras, sin trasfondo intelectual alguno, para predecir el “inminente” fin de la revolución cubana.
Cual un Walter Mercado de la politiquería, Montaner lleva más de 50 años viviendo de tales presagios. Nadie sabe cómo ha ocurrido el milagro de que se pueda considerar intelectual a alguien que, en medio siglo, no ha acertado una sola de sus profecías.