domingo, 1 de agosto de 2010

Los mapuches no son cubanos


Por Atilio A. Boron

Quienes criticamos el sesgo ideológico conservador de la autodenominada “prensa libre”, o “independiente”, debemos luchar contra la convicción profundamente arraigada de que los medios informan y se limitan a “dar” la noticia, haciendo a un lado cualquier afán político. En realidad, salvo contadas excepciones, lo que ocurre es exactamente lo contrario: se informa o se desinforma en función de la perspectiva política por la que toma partido cada medio, y aquélla tiene sólo dos posibles registros: la conservación o la superación del orden social existente. En asuntos como éste la “imparcialidad” es imposible.
Un ejemplo luminoso de lo que decimos lo proporciona el escandaloso silencio de la “prensa seria” de las Américas ante la huelga de hambre que, desde hace más de 15 días, mantienen 31 mapuches en diversas cárceles de Chile donde se encuentran como producto de la aplicación de la Ley Antiterrorista aprobada por Pinochet. Gracias a esa monstruosa legislación, todavía en vigor, hay en las cárceles de la ejemplar democracia chilena 57 mapuches, y alrededor de un centenar han sido procesados por la Justicia de ese país. No sólo eso: el “estado de derecho” en Chile hace posible una aberración jurídica: que los detenidos sean juzgados por la Justicia civil y militar, por lo que corren el riesgo de ser condenados dos veces por los mismos delitos que supuestamente cometieron. Gracias a TeleSur nos enteramos de esta situación, algo que los “medios de confusión de masas” se empecinan en silenciar.
Por eso el hecho no es noticia; ocurre, pero no llega al espacio público. El principal diario chileno, el archigolpista y pinochetista El Mercurio –inmortalizado en la denuncia de los estudiantes chilenos en 1967 que se sintetizaba en la frase “Chileno, El Mercurio miente”– miente otra vez y nada dice al respecto. Al buscar en su archivo “huelga de hambre” los resultados que arroja se refieren a los “disidentes cubanos”, o a un ayuno de algunos dirigentes de clubes de fútbol bolivianos, o a un par de episodios similares en su intrascendencia. Si uno persiste en la búsqueda surge una avalancha de informaciones sobre la huelga de hambre de Zapata y Fariña en Cuba, acompañada de estremecedoras fotografías. Si se continúa la búsqueda bajo el nombre de “mapuches” lo que aparece es una referencia a una ocupación de tierras realizada el jueves pasado; la presencia de un sol mapuche en el nuevo billete de $ 20.000 y la detención de un mapuche que habría participado en un ataque incendiario en La Araucanía.
Una búsqueda en La Nación de Buenos Aires sólo sirve para reafirmar su “desinteresada” solidaridad con Fariña y los disidentes cubanos, sobresaliendo en su empeño el inefable Marito Vargas Llosa, quien dando nuevas muestras de su ignominiosa capitulación ideológica exalta a aquéllos como verdaderos “héroes de nuestro tiempo”. Claro, de la huelga de hambre de los 31 mapuches no dice ni una palabra. Esos no son héroes sino indios cimarrones, que merecen pudrirse en la cárcel y enfrentar un doble juicio. ¡Imagínense lo que Marito diría si algo semejante ocurriera en Cuba, Venezuela, Bolivia o Ecuador! Pero para ganar la primera plana de la prensa libre no basta con una huelga de hambre. Hay que hacerla en Cuba. En otro lugar no es noticia. “Libertad de prensa”, que le dicen.

Tomado de Página12

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