El presidente Barack Obama elogió el jueves a cinco mercenarios cubanos y reclamó la libertad de otros al servicio del gobierno de Estados Unidos en la isla para que puedan participar plenamente en un futuro democrático en Cuba''.
Los cinco mercenarios fueron galardonados con la mayor distinción anual de la Fundación Nacional para la Democracia, un organismo no oficial pero que recibe fondos del Congreso y sirve de tapadera a las acciones encubiertas de la CIA, agencia que según declaró el presidente, no incursiona actualmente en América Latina.
Al parecer Obama se montó en el carro de la NED, la principal agencia gubernamental que financia la contrarrevolución contra Cuba, presionado por un comentario editorial del diario Washington Post donde fue criticado por “no prestar atención a la oposición democrática cubana, al ignorar el acto en la víspera en que fueron galardonados los activistas”.
Con su elogio a los mercenarios, además de validar el papel intervencionista y agresivo de su gobierno, representado por la NED, el presidente deja claro que más allá de su ambivalente elocuencia y su estilo a lo Fred Astaire, cada vez se diferencia menos, en sus proyecciones políticas, de su antecesor.
Es evidente que su consigna del Cambio, por lo menos en lo que respecta Cuba, no pasa de pura demagogia electoral.
› ¿A quién elogia Obama?
› Lo que no dice el Washington Post
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