Por Ernesto Pérez CastilloEl Premio Nobel de la Guerra, que recientemente se ha rasgado las vestiduras, jurando interesarse por el pueblo cubano, ha vuelto a abrir la jaula de los perros.
Cuando en diciembre pasado supo de la detención en Cuba, con las manos en la masa, de Alan P. Gross –el agente contratado por la USAID para entrenar a sus mercenarios aquí en el uso de sofisticados medios de telecomunicación– suspendió a las carreras ese tipo de acciones encubiertas.
La labor de Gross en la Isla se ha intentado justificar bajo el pretexto de que ayudaba a grupos judíos a conectarse a Internet. Curiosamente, abundante material fotográfico colgada por el propio Gross también en Internet, lo muestra asesorando en el uso de tecnologías satelitales a grupos musulmanes en Afganistán, lo cual hace pensar en Gross como un tipo de un perfil muy ancho y de una mente abiertísima, lo cual le permite estar, alternativamente, con los indios y con los cowboys. Pero la comunidad judía en La Habana, una vez consultada, declaró no tener conocimiento de la presencia de Gross ni haber tenido contacto alguno con él.
Ahora, aprovechando la cortina de humo de la feroz campaña mediática anticubana, el señorito Obama ordenó el reinicio del envío de agentes al lado de acá del Estrecho de la Florida, con la misión de financiar, instruir, entrenar y supervisar a sus peones en el terreno. Según El Nuevo Herald: “alrededor de una docena de grupos habían estado enviando de dos a cinco viajeros a Cuba todos los meses para entregar ayuda técnica y financiera”
Poniéndole con calma lápiz y papel a esos numeritos, se obtiene la friolera de entre veinticuatro y sesenta enviados mensuales, lo cual supone hasta casi 1 500 agentes al completarse el año, enviados por el gobierno de los Estados Unidos para derrocar a la revolución cubana.
Según Wikipedia, “un batallón es una unidad militar de alrededor de 1 000 hombres (puede ir de 300 a 1 500). Un batallón es, generalmente, la unidad más pequeña capaz de realizar operaciones independientes”. Por tanto, el gobierno norteamericano financia, anualmente, el envío de todo un señor batallón, con personal especializado, para subvertir la realidad cubana que tanto le incomoda.
Lo que el señorito Obama no sabe es que esa cifra de 1 500 iguala la plantilla de la mercenaria Brigada 2506, derrotada en 1961, en menos de 72 horas, en las arenas de Playa Girón.
Así que ya se sabe el destino de cada uno de esos batallones, así sea que Obama los envié en formación completa, o emplee el truco de mandarlos de a poquitos.
Muy bien, se sigue quitando la máscara el presidente Obama. Es triste, que siga intentando eliminarnos, como diría Fidel "porque para derrotar esta Revolución cubanísima, tiene que morir todo un pueblo". Somos como el fénix, nos levantamos de las cenizas, no importa que tantos agentes envíe el presidente de los Estados Unidos a Cuba,o que tanto gaste financiando a mercenarios como Yoani Sánchez, y las calumniadoras mal llamadas Damas de Blanco, serán igual derrotados, como en abril del 61 derrotamos a los mercenarios que intentaron destruir la joven Revolución. En ves de enviar espías y agentes a Cuba, envíe asesores para que le digan, por si no lo sabe, como son tratados los presos en la ilegal Base en Guantánamo y su prisión. Obama, premio Nobel de la Paz, envía mas de sus jóvenes a la guerra, y alimenta el odio, la traición de los emigrados cubanos, como justifica su apoyo al golpe de Estado en Honduras???, o las bases militares que ha implantado en América Latina???,
ResponderEliminarObama siempre quiso aparentar ser diferente, como si el fuese a cambiar algo en la historia. Pero la realidad es otra, es nuevamente un títere puesto a andar por el gobierno de los Estados Unidos que quieren apoderarse de todo lo bueno que pueda haber en el mundo para continuar con su imperio de consumismo y destrucción. Si va a hacer algo que lo haga ya, el mundo está impaciente por ver el cambio.
ResponderEliminarMenuda tarea de ha propuesto el presidente Obama, pero ya se le describió la coartada, que se hará ahora, porque como dice muestro comandante en jefe "porque para derrotar esta Revolución cubanísima, tiene que morir todo un pueblo" y ya le hemos demostrado una vez que podemos derrotarlos o mejor dicho evitar que traten de derrotarnos como lo hicimos en Girón lo haremos nuevamente ya que solo recogeran el polvo de esta tierra abnegado en sangre, porque lo daremos todo por la revolución.
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