ESTORIL, Portugal, 30 Nov 2009 (AFP) - Cuba pidió el lunes a los gobernantes iberoamericanos en su XIX Cumbre desconocer al "gobierno espurio" que resulte de las elecciones en Honduras, al tiempo que acusó a Estados Unidos de apoyar la instalación de una "dictadura" en el país centroamericano.
"Reconocer el gobierno espurio que de estas elecciones ilegítimas emerja traicionaría los principios de paz, democracia y justicia que se proclaman, y así debería manifestarse esta Cumbre", dijo en su discurso el canciller cubano Bruno Rodríguez.
El canciller, quien encabeza la delegación de Cuba, manifestó que "en Honduras se ha instalado, mediante un golpe militar, con la instigación y el apoyo de los Estados Unidos, una dictadura".
"Tenemos la profunda convicción de que el pueblo hondureño, con su lucha, dirá la última palabra", expresó Rodríguez en la primera jornada de trabajo del cónclave, realizada a puertas cerradas.
Los líderes de 22 países de América Latina, de España, Portugal y Andorra intentan conciliar una postura sobre Honduras, pero están divididos entre una mayoría -encabezada por Brasil y Venezuela- que no reconoce los comicios del domingo y países -como Perú, Costa Rica y Panamá- que las avalan como salida a la crisis.
Según los datos parciales, el derechista Porfirio Lobo ganó las elecciones con un 55,9% frente a 38,6% de su rival, Elvin Santos, pero el presidente Manuel Zelaya, depuesto en un golpe de Estado el 28 de junio, las calificó de "una mentira".
"Reconocer el gobierno espurio que de estas elecciones ilegítimas emerja traicionaría los principios de paz, democracia y justicia que se proclaman, y así debería manifestarse esta Cumbre", dijo en su discurso el canciller cubano Bruno Rodríguez.
El canciller, quien encabeza la delegación de Cuba, manifestó que "en Honduras se ha instalado, mediante un golpe militar, con la instigación y el apoyo de los Estados Unidos, una dictadura".
"Tenemos la profunda convicción de que el pueblo hondureño, con su lucha, dirá la última palabra", expresó Rodríguez en la primera jornada de trabajo del cónclave, realizada a puertas cerradas.
Los líderes de 22 países de América Latina, de España, Portugal y Andorra intentan conciliar una postura sobre Honduras, pero están divididos entre una mayoría -encabezada por Brasil y Venezuela- que no reconoce los comicios del domingo y países -como Perú, Costa Rica y Panamá- que las avalan como salida a la crisis.
Según los datos parciales, el derechista Porfirio Lobo ganó las elecciones con un 55,9% frente a 38,6% de su rival, Elvin Santos, pero el presidente Manuel Zelaya, depuesto en un golpe de Estado el 28 de junio, las calificó de "una mentira".
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