El Papa Benedicto XVI pidió hoy la resolución del conflicto político de Honduras a través del diálogo, para garantizar así una "vida democrática auténtica" en el país centroamericano, convulso desde el golpe de Estado del pasado 28 de junio que desplazó del poder al presidente Manuel Zelaya.
En su habitual homilía a los fieles de la plaza de San Pedro, posterior al rezo del Angelus, afirmó que sigue los acontecimientos de Honduras con "profunda preocupación".
Así, el Pontífice pidió un diálogo paciente, un entendimiento recíproco para la reconciliación; crear las condiciones que "garanticen la coexistencia pacífica y una auténtica vida democrática".
Las declaraciones del Papa sobre el país centroamericano tienen lugar unos días después de su encuentro con el presidente Obama, cuyo gobierno la única medida "efectiva" que ha encontrado para solucionar el problema hondureño y "apoyar" a Zelaya es invitar a un diálogo conciliador entre la democracia y el garrote, algo que resulta bastante irreconliable y que muchos comentaristas han visto como una estrategia norteamericana para legitimar, con más tiempo en el poder, la cabeza de playa, creada en Honduras por el gobierno de facto.
Es bueno recordar también que momentos antes a que el presidente constitucional de ese país intentara regresar a Honduras por via aerea el cardenal de Tegucigalpa le pidio a Zelaya que no regresara y evitara "un baño de sangre", lo que fue catalogado por la opinión mundial como un tácito apoyo de la iglesia católica a los golpistas.
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