La Fuerza de la estupidez: Disfrazan a Lenin de Darth Vader

Por M. H. Lagarde

El artista ucraniano Alexander Milov recién acaba de "transformar" una estatua del líder de la Revolución soviética, Vladimir Ilich Lenin, en la de Darth Vader, el malo de la saga de La Guerra de las Galaxias.

La estatua del ex líder soviético ha sido “remodelada”, no precisamente a propósito del estreno en Ucrania de la última parte de la película que tendrá lugar el próximo 17 de noviembre, sino de un plan impulsado por el mandatario ucraniano Petro Poroshenko para limitar los monumentos y nombres referentes a líderes soviéticos -con la excepción de aquellos relacionados con la Segunda Guerra Mundial- en todo el país.

La estatua de Lenin que se encontraba fuera de una imprenta en la ciudad de Odesa,  -visiblemente envejecida y fabricada en yeso- ha sido reforzada con una aleación de titanio. Lenin, disfrazado de Darth Vader, prestará además un servicio público a la comunidad gracias a un repetidor de Wifi gratuito que se le ha instalado en su cabeza.

Curiosamente, y según ha informado la prensa local, la inusual transformación de la historia encarnada en la figura de Lenin por un personaje de ficción salido del Hollywood más comercial, ha sido hecha nada menos que para salvar a la figura de Vladímir Ilich Uliánov (Lenin) de la purga antisoviética que atraviesa Ucrania.

Según aseguró a la BBC el creador Alexander Milov: "No queríamos destrozar la estatua, pero el monumento a Lenin iba a ser desmantelado de acuerdo con la nueva ley”.

Milov decidió, como dice el dicho ruso, con un disparo a matar a dos liebres: "Para guardar el monumento a Lenin, llevarlo lejos de los ojos y hacer una nueva obra de arte con un nuevo sentido".

Decidí -agregó- tomar un monumento a Lenin y transformarlo en un monumento a Darth Vader porque en este momento es una figura política en Ucrania. "

Durante las últimas elecciones presidenciales, alguien, tras el nombre de Darth Vader, se presentó como candidato a la presidencia por el Partido de Internet. La candidatura del villano no prosperó porque fue rechazada debido a un fallo de forma en la presentación de su aspiración. Vader cosechó una base electoral sólida y numerosos simpatizantes le aseguraron un 3% de los votos.

Sin embargo, no queda claro si la fascinación ucraniana por el malo de la guerra de las galaxias se trata de una broma para mofarse del nuevo protectorado estadounidense o simplemente es una consecuencia de la influencia de la política cultural yanqui.

Otro tanto de duda genera el espíritu “conservador” del artista Alexander Milov, quien acaricia la esperanza de acometer un proyecto más ambicioso para la “salvaguarda” de los monumentos comunistas.

"Estamos reuniendo todas estas estatuas - como la de Lenin - y nos gustaría hacer un parque de héroes abandonados de la época", dijo Milov a la BBC.

"Quiero aprovechar las estatuas de las plazas centrales de las ciudades y ponerlos en un lugar diferente, como un Disneyland, donde se puedan visitar. Me parece que si estas estatuas son destruidas, la gente que viene detrás de nosotros no tendrá ninguna posibilidad de llegar a conclusiones por sí mismos en cuanto a si la gente las necesita o no".

Sea cual sea la verdadera intención de Milov, su obra, más que a Lenin o Darth Vader, retrata la esencia de una época en la que el imperialismo norteamericano, gracias a su cada vez más poderosa industria del entretenimiento, goza de una absoluta hegemonía cultural.

Los símbolos del comunismo ya ni siquiera tienen como rivales en el imaginario a los tradicionales del consumismo capitalista.

Ahora mismo, como en Ucrania, donde el imperio contraataca, tendrán que vérselas con lo más barato y ridículo de una seudocultura norteamericana que usurpa los pedestales de la historia en una increíble legitimación de la estupidez.