Por Miranda Tejeda
Pareciera que la contradicción –no importa de
qué, ni cuáles sean las circunstancias- son la razón de ser única de la llamada
“disidencia” en Cuba. En septiembre pasado enviaron una carta al Congreso de
Estados Unidos preocupados por “la campaña a favor del levantamiento del
bloqueo”. Ahora, se enfrascan en concluir para diciembre “Casa Vacía”, una película
sobre la supuesta represión contra las denominadas “Damas de Blanco”, bajo la
firma de Lilo Vilaplana.
Para Vilaplana, realizador cubano residente en el
exterior, este trabajo no debe ser muy diferente. Devenido escritor-productor de
historias sobre la mafia colombiana, este guion debe parecerle pan comido. Tampoco
es que haya que ponerle mucho empeño, es solo juntar los libretos de siempre y
comenzar a llamarlos película. El show mejora cuando el tándem Rodiles-Ailer anda intentando robarse el protagonismo. Cosa fatal para
la disidencia porque a más apariciones en cámara, mayor salario.
Esta es una de las razones fundamentales del
viaje de Rodiles a Miami: expresar su gran inquietud respecto al levantamiento
de una política obsoleta que el mundo rechaza… ¿Por qué? ¿Por qué es tan
importante para la autodenominada disidencia que se mantenga el bloqueo y que
las relaciones Estados Unidos-Cuba sean lo más tensas posibles? Para poder
seguir mostrando sus caritas en el vidrio de América TV, y contar con titulares
en la prensa de Miami y España, recibiendo así financiamientos para sus historias
que publican en Internet. Así de simple.
A la veintena de contrarrevolucionarios que
firmaron la misiva al máximo órgano legislativo estadounidense, no les importa
ahogar al pueblo cubano con el bloqueo… Sencillamente ellos viven de eso, les
pagan por contradecir. Para ellos, la política de normalización de las
relaciones entre La Habana y Washington es “errada” y “puede causar un profundo
daño en nuestro país”. ¿Qué cubano piensa así? Yo invito a hacer una encuesta.
De qué tipo de democracia hablan Rodiles & Co., cuando defienden un
criterio que en absoluto es el que ha mostrado el pueblo cubano. Con esto, en
definitiva, solo demuestra la representatividad nula que tiene entre la gente
de la isla. Es muy probable incluso que los únicos congresistas que se creyeron
la carta (quizás porque tutelaron su redacción) fueran los seguidores de Ileana
Ross, Diaz Balart, Tomas Regalado, alcalde de Miami y Orlando Gutiérrez,
directivo de la organización anticubana Directorio Democrático Cubano.
Para estos mercenarios, el restablecimiento de
relaciones diplomáticas entre ambos países y el proceso para la normalización
“intenta legitimar al gobierno cubano como la dictadura más larga y desastrosa
del hemisferio que ha incrementado las violaciones de los derechos fundamentales”.
Están montando la gran película del pánico con el apoyo indiscutible de la
derecha de Miami, manipulando como ejemplo la detención de Zaqueo Báez por
intentar hablar con el Papa, sino que en realidad fue por violar la seguridad
del Sumo Pontífice de la Iglesia Católica. Rechazan incluso la mediación realizada
por Francisco I durante las conversaciones cubano-estadounidenses, la visita de
este a la isla. Demeritando de hecho, la labor de la iglesia católica en Cuba.
Creo que esta vez van a tener que aceptar el
resultado de las votaciones en la ONU, el próximo martes 27 de octubre, con las
cabezas tapadas por las sábanas, del terror que van a sentir al conocer que la
“Verdad se impone a la Mentira”. “La casa” de sus excusas se les está quedando
vacía.
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