La actriz que pagó con el anonimato el fracaso de una política de mentiras |
Tal manipulación es una de las pocas formas que al parecer han encontrado los mercenarios, a los que Estados Unidos paga en la Isla para develar la "cruel" realidad cubana, para consolarse de su inutilidad y quizás espantar el desesperado miedo de que, más temprano que tarde, a falta de traspatios, puedan quedarse sin trabajo.
La II Cumbre de la CELAC demostró cuál es el apoyo con que cuentan en este mundo los llamados opositores en cuya fabricación sucesivas administraciones de Estados Unidos han gastado ya nadie sabe cuántos miles de millones de dólares. Era de esperarse que algo así ocurriera. A los mantenidos de la USAID, en Cuba, ni siquiera sus vecinos los conocen.
Ahora, el gobierno de Estados Unidos se tira de los pelos y se lamenta, no tanto porque en La Habana se hayan celebrado dos cumbres, la de la CELAC y la de Fidel, quien al recibir a tantos amigos y admiradores realizó una cumbre paralela, si no por la permanente ineficacia de sus vividores discípulos.
Hoy, un anónimo portavoz del Departamento de Estado acusó de traidores a los países de América Latina por contribuir al éxito de la cumbre que acabó de concluir en La Habana.
En realidad los únicos traidores en esta historia son los servicios de inteligencia de Estados Unidos que, durante más de medio siglo, han traicionado a Washington con mentiras similares a la de la famosa actriz "reprimida" de cuyo nombre, de pronto, ya nadie se acuerda.
La verdadera historia de una desconocida reprimida en Cuba
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