Los esclavos de UNPACU, dirigidos por el marajá, José Daniel Ferrer, tienen una nota humorística bien seria.
Según ellos, los de UNPACU, inventan una llamada falsa en la que se asegura que la FNCA les dejó de pagar y descubren como agente del G2 a un "periodista, ciudadano o bloguero" que da de primero la información.
Lo mejor de la broma, que publicó El Nuevo Herald, es que la misma sirve para que el marajá y sus esclavos reafirmen, y confirmen, que sí reciben dinero de una organización terrorista en Miami.
Confieso que con tal chiste me estuve riendo más o menos media hora, lo que no es mucho. En Miami han habido bromas mejores, con una de ellas estuve riéndome tres días y a cada rato, todavía, de vez en cuando, me sonrío.
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