Los miembros del movimiento Occupy de Miami acusados de terroristas en Chicago. |
Mientras la Asociación de Abogados Penalistas de la Florida (FACDL) premia en Miami como Defensor del Año al abogado Arturo Hernández por su desempeño profesional y victoria legal en el caso del terrorista de renombre internacional Luis Posada Carriles, tres miembros del grupo Ocupemos Miami acaban de ser detenidos en Chigago bajo el cargo de terrorismo.
Aunque ninguno de los tres jóvenes lograron volar un avión con pasajeros civiles a bordo, ni colocar bombas en los hoteles de Chicago durante la celebración de la Cumbre de la OTAN, los tres veinteañeros están acusados por "planear" un ataque terrorista, contra objetivos como autos de la policía, instituciones financieras y las instalaciones de campaña del presidente Obama".
Según las autoridades, los tres de Miami, tenían en mente peligrosos actos de violencia y de acuerdo con el documento de los cargos, uno de los hombres alardeó que “la ciudad no sabe lo que le espera” y que “después de la OTAN, la ciudad nunca será la misma”.
Para acabar con la ciudad de Chicago, y con la OTAN, los presuntos terroristas contaban nada menos que un sofísticado arsenal conformado por "un mortero, espadas y cuchillos con empuñaduras de metal y cócteles Molotov de botellas vacías de cerveza llenas con gasolina".
Por tal audacia de pensamiento los jóvenes miamenses podrían enfrentar cada uno hasta 85 años detrás de las rejas.
Lo que para los abogados defensores de los miembros de Occupy Miami, quienes afirman que las armas encontradas a sus defendidos le fueron colocadas por agentes encubiertos, significa un claro intento de desprestigiar y satanizar al pacifista movimiento de protesta que se ha extendido por todo Estados Unidos, es problable que para legalistas como Arturo Hernández signifique otra demostración de que "este es un país con un sólido sistema de leyes".
Un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Michigan y el Centro sobre Condenas Erróneas de la Universidad Northwestern determinó que, en el "sólido" sistema de justicia estadounidense, más de 2.000 personas condenadas por delitos en Estados Unidos en los últimos 23 años fueron halladas inocentes posteriormente.
El Registro Nacional de Exoneraciones concluyó que el enorme número de condenas falsas documentadas probablemente es sólo la punta del iceberg de una cifra aún mayor.
Las dudas del Registro Nacional de Exoneraciones muy bien podrían ser aclaradas con los resultados de otro estudio; una investigación que determine cuál es la cantidad de culpables, al estilo de Posada Carriles, que, en el país donde la justicia premia a leguleyos como Arturo Hernández, gozan de total impunidad.
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