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sábado, 30 de julio de 2011
FNCA: 30 años de terrorismo contra Cuba
El parto no fue difícil. La malévola criatura nació en las tenebrosas oficinas de la Casa Blanca, amparada en las obcecadas ambiciones del Imperio por derrotar a la Revolución Cubana, con la pretensión de emplearla como carta de triunfo para tal propósito. Por ello, un grupo de miembros del gabinete presidencial, varios recalcitrantes de la ultraderecha en el Congreso norteamericana, acompañados en malsana euforia por un círculo reducido de contrarrevolucionarios de origen cubano, casi todos ellos ex agentes de la CIA y terroristas sin escrúpulos, presenciaron halagados cómo el presidente Ronald Reagan firmó el decreto presidencial 501-C-3, mediante el cual se daba luz verde al engendro del terror, bajo la falsa apariencia de una organización de corte humanitario y educativo. Tal como lo concibieron Reagan y sus acólitos, el grupo de mercenarios cubano americanos, enriquecidos mediante la estafa y todo tipo de corruptelas, contó desde ese momento con soportes económicos y políticos propios, aumentados por los fondos destinados secretamente por Washington para ejecutar la más criminal guerra sucia contra Cuba. Los criminales más desalmados encontrarían en su seno un favorable caldo de cultivo para sus insaciables ambiciones de dinero y poder. El sucio compromiso se selló el 1 de agosto de 1981.
El parto no fue difícil. La malévola criatura nació en las tenebrosas oficinas de la Casa Blanca, amparada en las obcecadas ambiciones del Imperio por derrotar a la Revolución Cubana, con la pretensión de emplearla como carta de triunfo para tal propósito. Por ello, un grupo de miembros del gabinete presidencial, varios recalcitrantes de la ultraderecha en el Congreso norteamericana, acompañados en malsana euforia por un círculo reducido de contrarrevolucionarios de origen cubano, casi todos ellos ex agentes de la CIA y terroristas sin escrúpulos, presenciaron halagados cómo el presidente Ronald Reagan firmó el decreto presidencial 501-C-3, mediante el cual se daba luz verde al engendro del terror, bajo la falsa apariencia de una organización de corte humanitario y educativo. Tal como lo concibieron Reagan y sus acólitos, el grupo de mercenarios cubano americanos, enriquecidos mediante la estafa y todo tipo de corruptelas, contó desde ese momento con soportes económicos y políticos propios, aumentados por los fondos destinados secretamente por Washington para ejecutar la más criminal guerra sucia contra Cuba. Los criminales más desalmados encontrarían en su seno un favorable caldo de cultivo para sus insaciables ambiciones de dinero y poder. El sucio compromiso se selló el 1 de agosto de 1981.
A partir de allí, la Fundación se encargó de generar una amplia base de apoyo y financiamiento para la ultraderecha norteamericana en La Florida, Puerto Rico, Nueva Jersey y California. Usando su falsa representatividad, ejecutó una permanente labor de proselitismo entre la comunidad cubana asentada en los Estados Unidos y otros países, condicionando la política de las administraciones siguientes con respecto a la Isla. De traidores de oficio, pasaron a ser un importante grupo de presión política y alabarderos de la guerra ideológica anti cubana. Dueños absolutos de la vida política y económica en ciudades como Miami, quien no pensara como ellos, pagaría las consecuencias de su atrevimiento. Ésa fue su ley desde el principio.
El exacerbado afán de protagonismo de su dirección los condujo no solo al cabildeo, a la compra de voluntades, a las sucias componendas y corruptelas; con su dinero financiaron y financian campañas de congresistas como Robert Torricelli, Bob Menéndez, Connie Mack, Helms, Burton, los hermanos Lincoln y Mario Díaz Balart, Ileana Ros-Lehtinen, Marcos Rubio, David Rivera y muchos otros; con el dinero sucio financiaron centenares de planes terroristas contra importantes objetivos dentro y fuera de Cuba, financiando inicialmente a organizaciones criminales como Alpha 66, el PUND y el CID, entre otros, y, posteriormente, armando ellos mismos las tenebrosas conspiraciones para asesinar a Fidel y otros dirigentes cubanos, así como atentar contra instalaciones turísticas dentro de la Isla. También, por supuesto, se dispusieron a fabricar una base contrarrevolucionaria dentro de Cuba, captando traidores y mercenarios entre personajes ambiciosos y minados por una sed incontrolable de protagonismo, los que a cambio de dinero se dedicaron y dedican a lanzar blasfemias y mentiras contra su propio pueblo.
De esta manera, devenidos falsamente en voceros de la comunidad cubana en el exterior, ávidos y arrogantes, soñadores con el derecho de gobernar en Cuba si ocurriera un cambio político en la Isla, falsarios redomados al esgrimir inventadas violaciones de los derechos humanos en Cuba, los jefes de la FNCA se aliaron con todo tipo de personajillos de la política latinoamericana e internacional, cuyas dudosas actuaciones han dejado mucho que desear, como son los casos del ex presidente del consejo de ministros español José María Aznar, el corrupto ex presidente argentino Carlos Menem, el ex mandatario nicaragüense Arnoldo Alemán y otros mandatarios, a los que compraron inescrupulosamente.
La cara oculta de la FNCA, aquella que se encargó de financiar y organizar atentados terroristas contra Cuba a partir de su grupo militar secreto, conocido indistintamente como Comisión Militar o Frente Nacional Cubano, se gestó solapadamente desde sus primeros años de existencia, comprometida con la presencia de terroristas formados por la CIA y otras agencias norteamericanas, como fueron los casos de Jorge Mas Canosa, Roberto Martín Pérez, Alberto Hernández, Feliciano Foyo, Francisco José Hernández Calvo, Arnaldo Monzón y otros. Esta cara secreta de la Fundación, su brazo armado, que un día me tocaría penetrar y descubrir, gestó múltiples planes terroristas en la década de los 80 y los 90 del siglo XX, los que hallaron su máxima expresión en los atentados terroristas contra hoteles cubanos entre 1996 y 1997. Más de una vez, también quedo demostrada su participación en diversos intentos encaminados a realizar un verdadero magnicidio asesinando a Fidel Castro. De ello daba fe su alianza con terroristas de la calaña de Orlando Bosch, Luis Posada Carriles y otros de similar clase.
De esta forma, al surgir la Fundación, la misma sirvió de brújula y apoyo a otras organizaciones que complementaron el contexto político de derecha predominante a partir de 1980, entre las que se destacaron Cuba Independiente y Democrática (CID) y el Partido Unidad Nacional Democrática (PUND), así como el grupo de “Hermanos al Rescate”, creado en 1991 con la aparente misión de rescatar balseros, y directamente vinculado a las labores de propaganda y terrorismo de la ultraderecha de Miami.
CARA DE OVEJA Y GARRAS DE LOBO
Hoy por hoy, a partir de una profunda pérdida de imagen por los escándalos internos, su papel en el secuestro del niño Elián, las corruptelas constantes y su comprometimiento en actividades de narcotráfico, terrorismo y trata de personas, la FNCA trata de abrir escenarios favorables ante la opinión pública en Miami y a nivel internacional. Cada actividad promovida en Miami por la contrarrevolución cuenta con su apoyo y su presencia. Ejemplo de ello lo ha sido su participación en los shows mediáticos que apenas sacuden a La Florida, pero encuentran un gran eco mediático en la prensa prejuiciada de Miami. Unas veces se les ve haciendo declaraciones a favor de los mercenarios a los que ellos mismos compran y emplean, como las Damas de Blanco. Otras, como el pasado 24 de mayo, desfilan junto a terroristas como Posada Carriles, José Basulto, Rodolfo Frómeta, pidiendo el cese de una represión imaginaria en la Isla. Convocante esta vez, Jorge Mas Santos elogió a sus mercenarias de turno con calificativos tales como: “Las Damas de Blanco representan la dignidad, el honor y la valentía de un pueblo que no claudica y que sigue en su lucha por la libertad y la democracia en Cuba”.
El 28 de febrero de 2010 la FNCA se unió al Directorio Democrático Cubano para montar otro show anticubano en ocasión del fallecimiento de Orlando Zapata Tamayo. Con descaro, uno de sus más prominentes terroristas, Francisco José Hernández Calvo, declaró: “Es desafortunado y muy lamentable que luego de 50 años aún los cubanos tengamos que estarnos inmolando para que el mundo nos oiga”. Obviamente, Pepe Hernández no se refería a las decenas de muertos inocentes cuyas vidas cegaron los ataques terroristas que su organización financió o ejecutó en más de una oportunidad.
La FNCA, sin embargo, no escapa fácilmente al enjuiciamiento público por las balandronadas que realizan sus directivos. El pasado 7 de marzo de 2010 el periódico mejicano Excélsior denunció su participación, en complicidad con funcionarios corruptos del Instituto Nacional de Migración (INM) y de la Procuraduría General de la República (PGR), en Yucatán y Quintana Roo, así como el cartel de los Zetas, en el tráfico de personas hacia Estados Unidos. Se ha comprobado que cerca de 2.500 cubanos al año, son trasladados vía México, previo a escalas en Costa Rica, Belice, Honduras y Guatemala, países en donde se les provee de pasaportes falsos. Los documentos oficiales que evidencian el papel de la FNCA en el tráfico de personas son identificados por las autoridades mexicanas con los informes o documentos denominados PGR/UEDO/056/98, SCGP/CGI/008/97, 4444/07 y PGR/SIEDO/UEITMIO/031/08. De acuerdo con estas notificaciones de las autoridades están involucrados altos directivos de la FNCA como Jorge Mas Santos y Francisco José Hernández Calvo, al igual que el enlace directo con la FNCA, Manuel Chalé Martínez (actualmente detenido), a John Alberto García Núñez, Alberto García Núñez, a Julio Rafael Mesa Fariñas, a Alejandro Castro Pérez y Juan Carlos Riveroll, algunos de los cuales fungen como jefes de la banda Los Marielitos. Los acompañan en estos delitos el ex comandante de la extinta Secretaría de Seguridad Pública de Yucatán, Daniel Carillo Espinosa, conocido como El Puma; otros funcionarios corruptos como Javier Medina Torres, Lázaro Pérez Maldonado, Enrique Saavedra Rayo, Prisciliano Luján Ortega, ex director de la Policía Judicial del estado; Ignacio Cocom Pat, ex director del Departamento de Homicidios; Fernando Cevallos García, El Marinero; Ruiz Lizárraga, El Payaso; Manuel Basto, El Falopio. También a Alfonso Falcón Vallado, Alejandro Sánchez, El Ravel, ex miembro de la extinta Policía Judicial Federal. De la misma manera se sindica a Alexis Cruz Hernández, Eliecer Rivero Cárdenas y Rolando Francisco Cavanson, propietario de un yate, de origen cubano y residente en Miami; José Luis Sánchez, dueño de un barco en Puerto Juárez, Quintana Roo, Ariel Rodríguez Betancourt, El Padrino, con domicilio en Nuevo León; Omar Corrales Batista, El Hierro; Alejandro Armas Blanco y Clemente Jesús Ortega Luzardo. Junto a ellos se encuentran los miembros de los Zetas conocidos como Iván Velázquez Caballero, El Talibán, y a su hermano Roel Velázquez Caballero, El Rolly. Otros grupos de sicarios involucrados son Los Pelones, Los Talibanes, miembros del cartel de Sinaloa, así como Los Güeritos, Los Negros y los Contras.
Otra acusación que pesa sobre la FNCA es la del tráfico de cocaína, operación que era dirigida directamente por el propio Jorge Mas Canosa, conocido entre narcotraficantes como “El Hombre”, y que involucró a Julio Varona, alias “El Bombero” y a otros miembros de la Fundación. A fuer de mafiosos, muchas veces tuvieron problemas con los abastecedores colombianos por pagarles la mercancía con dinero falso, ocasión en la que el propio Chairman Mas Canosa tuvo que componer los desaguisados.
Las propias denuncias públicas realizadas por mí, Percy Francisco Alvarado Godoy, conocido como el agente Fraile de la Seguridad del Estado cubano y para la FNCA como su agente 44, luego de una profunda penetración de la misma, así como el escándalo protagonizado por el ex directivo de la Fundación Nacional Cubano Americana, José Antonio “Toñín” Llama, al acusar a varios de sus cúmbilas de esa tenebrosa organización de haberlo estafado y arrojarlo a la ruina económica, pusieron sobre el tapete nuevamente la condición de esta organización como agrupación terrorista.
Toñín, por su parte, abrió la caja de Pandora al denunciar por estafa a los altos directivos de la FNCA de haberlo estafado, vinculándolos a diversos planes extremistas contra Cuba, entre los que se destacaban atentados contra Fidel Castro y otros dirigentes de la Revolución; la voladura de hoteles, termoeléctricas, refinerías, hospitales y otros objetivos sensibles de la vida nacional cubana; así como agresiones por medio de explosivos contra aeronaves y oficinas diplomáticas y representaciones de Cuba en el exterior. Este macabro y secreto complot, a través del cual se desarrollarían sus planes terroristas contra Cuba, fue organizado a partir de la creación de un brazo militar armado por directivos de la FNCA. No escapó nadie a su acusación, recayendo la mayor relevancia en Jorge Mas Canosa, Francisco José Hernández Calvo, Arnaldo Monzón Plasencia, Luis Zúñiga Rey, Horacio Salvador García y otros directivos de la FNCA.
Fue la misma Fundación Nacional Cubano Americana la que, según denunció mi colega José Luis Méndez Méndez, intentó usar a René Silva, un ex dirigente de la FNCA, como Caballo de Troya, para infíltralo dentro del jurado en el amañado juicio celebrado contra los Cinco antiterroristas cubanos, iniciado en noviembre del año 2000, con vistas a “influir y promover un veredicto contrario a los acusados”. Muchos artilugios y conspiraciones, presiones de todo tipo, empleó la FNCA para viciar el trabajo del jurado, en otra prueba de su criminal manera de actuar.
ARTIFICES DEL CINISMO
El cinismo y la hipocresía son dones de los que hacen gala permanentemente los altos jefes de la FNCA. Por ello, las frases manidas que usan para desmarcarse de la violencia son creíbles para pocos. No es la primera vez, si se recuerda su Llamamiento cuando explotaban las bombas en instalaciones turísticas, que hacen uso de este falsario y repugnante comportamiento. No hace mucho usaron este mismo argumento en uno de sus documentos: “La FNCA reafirma que las acciones de los hombres y mujeres de esta institución han sido siempre el de servir con todo el corazón al pueblo cubano y trabajar arduamente por su libertad. La FNCA está comprometida con una transición pacífica y no violenta hacia la democracia en Cuba.”
Recordaré unos pasajes de uno de mis trabajos de denuncia, los cuales servirán para evidenciar mi papel como testigo de su falsedad al declararse afines a la no violencia: “Parecen haberse olvidado estos señores que, en noviembre de 1993, y apenas unos meses de fundado este grupo paramilitar secreto de la FNCA, fue el propio Luis Zúñiga Rey quien puso en mi conocimiento la existencia del mismo, al que autodenominó Frente Nacional Cubano. En ese entonces se iniciaba mi trabajo de penetración al brazo armado de la FNCA como agente de la Seguridad Cubana. Sin ambigüedades, Zúñiga me reclutó como agente terrorista de la Fundación para ejecutar acciones violentas contra Cuba, explicándome que pasaría a trabajar con un grupo de directivos de esta organización implicados en desarrollar acciones violentas contra el gobierno cubano. A partir de ese momento pasaría a ser el agente 44 del grupo militar secreto de la Fundación.”
“Tiempo después, y durante los meses subsiguientes, iría informando a la Seguridad Cubana de diferentes planes de atentado contra instalaciones de la vida económica, política y social cubanas. De la misma manera, iría conociendo a personajes de la calaña de Pepe Hernández, Alfredo Domingo Otero, Arnaldo Monzón Plasencia, Horacio García, Luis Posada carriles, Gaspar Jiménez Escobedo y el propio Zúñiga Rey, Todos ellos me dirigieron y me encargaron la realización de acciones violentas contra objetivos económicos y políticos cubanos, me abastecieron de medios para ejecutar estas criminales acciones, así como me orientaron a la búsqueda de información sobre los sistemas de protección de termoeléctricas, refinerías, presas y micro presas, hospitales, oficinas gubernamentales y otros objetivos.”
“Para nadie resulta extraño hoy que este grupo terrorista integrado por directivos de la FNCA intentó utilizar los diez aviones ultralivianos con control remoto, a los que se refiere José Antonio Llama, para volar diversas instalaciones cubanas de importante valor estratégico. Durante los meses de febrero de 1994 hasta el año 1996, fui orientado por Pepe Hernández, Alfredo Domingo Otero, Arnaldo Monzón Plasencia y Horacio Salvador García, todos miembros y dirigentes de la FNCA, para realizar marcajes con diversos aparatos GPS en la zona portuaria de Matanzas, entre cuyos objetivos se encontraban la termoeléctrica “Antonio Guiteras”, la Terminal de Azúcar a Granel y la Base de Super tanqueros. Estos marcajes por el sistema de Posicionamiento Global se realizaron en otras instalaciones del país, entre las que se encontraban la termoeléctrica y la refinería de Cienfuegos; la termoeléctrica de Santa Cruz del Norte; la refinería de Mariel y la fábrica de cemento “René Arcay de esa ciudad; la termoeléctrica de Tallapiedra, la Refinería “Ñico López”, la sede del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, la sede del Ministerio del Interior, las instalaciones de “Villa Marista”, el Hospital CIMEQ, el Palacio de Convenciones, una supuesta casa de Fidel en la Zona de Siboney y la Cínica Internacional “Cira García”, todas en Ciudad de la Habana.”
“En uno de mis encuentros con Pepe Hernández, Presidente de la Fundación, éste me sugirió realizar estudios para atacar mediante una embarcación, o empleando hombres rana, la termoeléctrica “Antonio Guiteras” de Matanzas, uno de sus más obcecados objetivos. Una de las siete embarcaciones que pretendía adquirir la FNCA para ejecutar acciones terroristas en la Isla, se emplearía para esos fines.”
“En la segunda decena de diciembre de 1993 se me abastecería por alta mar, en la zona norte de Ciudad de la Habana, específicamente entre Santa Fe y Jaimanitas, con diferentes medios explosivos e incendiarios, armas, dinero y propaganda, para ejecutar la voladura de cuatro instalaciones turísticas de la Capital y Varadero, así como la quema de varios cines y teatros de Ciudad de la Habana. Tal acción se efectuaría el 23 de diciembre de ese mismo año. No me cabe duda hoy que dichas acciones fueron planificadas por el grupo de directivos de la FNCA de los que se aparta hoy, resentido y estafado, “Toñín” Llama.”
“En noviembre de 1994 me fueron entregados en Ciudad Guatemala cerca de 900 gramos de explosivo plástico C-4 por Luis Posada Carriles y Gaspar Jiménez Escobedo, quienes me entrenaron en su empleo, para la realizar la voladura del Cabaret Tropicana, de Ciudad de la Habana. Estos explosivos, así como los empleados en las ulteriores acciones contra instalaciones turísticas del país en la década del 90, fueron adquiridos con dinero de la FNCA.”
Son estos mismos cínicos terroristas los que el pasado 18 de julio denunciaron una supuesta brutalidad del gobierno contra su fabricada e irrepresentativa oposición mercenaria. Según la FNCA: “Turbas al servicio del régimen castrista protagonizaron una salvaje agresión contra una veintena de Damas de Blanco. La agresión tuvo características peculiarmente feroces, con el resultado de varias activistas con heridas de consideración”. En más de una oportunidad Cuba ha demostrado este tipo de falacias que sirven para calumniar y denigrar a nuestra Revolución mediante denuncias fabricadas, atropellos inventados y falsos hostigamientos.
CAMPAÑA PARA FABRICAR MERCENARIOS
El pasado 8 Junio 2011, la FNCA lanzó un programa para reclutar a su diezmada tropa de mercenarios dentro de la Isla, denominado “Adopte un disidente”, mediante la promesa de dinero y apoyo para emigrar hacia los Estados Unidos. Esta nueva maniobra se suma a la deteriorada e ineficaz Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FDHC), mediante la cual tratan de estigmatizar a Cuba en foros como la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas y el Foro Mundial de la Sociedad Civil, ambos con sede en Ginebra, Suiza. De tal manera, la nueva campaña, supuestamente para ayudar a sus servidores dentro de la Isla, sirve igualmente para estafar a los incautos que todavía creen en su buena fe, ya que gran parte del dinero se queda en Miami.
SOBREVIVIR CON LA HIPOCRESIA
El 14 de enero pasado la FNCA lanzó un comunicado que la desmarca aparentemente de las posiciones más reaccionarias en Miami, pero que, a todas luces, es parte de su rejuego político de mejoramiento de imagen y ganar para sí una mayor aceptación de la comunidad cubano americana. La suspicaz jugarreta consiste en apoyar las nuevas y tímidas medidas de flexibilización de la política hacia Cuba, promovidas por Obama. En la declaración, expresan: “La Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) ve con beneplácito las medidas de política hacia Cuba anunciadas hoy por la administración del Presidente Obama, puesto que constituyen un paso hacia delante en el incremento del contacto personal con los cubanos en la isla. Estas medidas concuerdan con las recomendaciones que la FNCA presentó al Presidente Obama al principio de su presidencia e incluyen la introducción de nuevos puntos de partida en los Estados Unidos para viajes no turísticos a Cuba y la expansión de oportunidades de intercambio con el pueblo de Cuba para grupos religiosos y académicos. Además, las nuevas regulaciones permiten el envío de remesas con fines humanitarios y económicos de hasta $500 cada tres meses a cualquier persona dentro de Cuba, excepto miembros del Partido Comunista.”
Fue el propio terrorista Pepe Hernández quien aclaró esta posición con la misma retórica de cinismo que le acostumbra: "Creemos que estas medidas promueven tanto los intereses de los Estados Unidos como los del pueblo de Cuba. El incremento de la capacidad de enviar remesas, en combinación con un aumento en el contacto y la comunicación con aquellos en la isla, ayudará a cortar las cadenas de dependencia que el régimen castrista ha usado para oprimir a los que viven en Cuba.” (…) “Y una ampliación de los viajes no turísticos fomentará lazos fraternales a nivel de pueblo que los que ejercen el poder en la Cuba totalitaria encontrarán difícil controlar. Como tal, concuerda con las exigencias democráticas que están surgiendo de la sociedad civil independiente”.
CONCLUSIONES
Treinta años no es nada hubiera declarado cualquier persona que tuviera el privilegio de vivir con total plenitud. Sin embargo, nuestro pueblo ha padecido sobremanera los ataques terroristas de este engendro del Imperio, el cual ha sembrado de luto y dolor a nuestros hogares, por lo que no confía ni confiará en sus “buenos” propósitos.
Sus difamaciones en torno a una supuesta discriminación de género y de raza, emitidas el 21 de abril de este año con respecto a los nuevos miembros del CC del Partido Comunista de Cuba, son una mentira y tienden ilusamente a confundir a los que quieren dejarse confundir. Lo mismo ocurre con respecto a una supuesta militarización de nuestro país.
Todavía sueñan con imposibles cuando promovieron el pasado 5 de mayo, junto a la Asociación de Ingenieros Cubanos y la Asociación Cubanoamericana de Ingenieros Civiles, un seminario denominado “Asesoramiento Infraestructural para una Transición en Cuba”, nada menos que en la Casa Bacardí de la Universidad de Miami. Allí, acomodados en sus puestos de irrisorios procónsules se dedicarán a analizar la enfebrecida alucinación del Endowment for Cuban American Studies, de la Fundación Jorge Mas Canosa por la Libertad, sobre un infundado cambio en Cuba.
La FNCA no ha aprendido las lecciones de la historia tras treinta años de derrota tras derrota. Una gran parte de sus fracasos es responsabilidad de nuestro pueblo, la otra es parte de sus ilusas pretensiones. No tiene, pues nada de qué vanagloriarse. Si de algo podrán congraciarse es de su propio infortunio y de ver sus sueños y ambiciones escaparse en las cloacas ignominiosas de su propia vergüenza.
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