Por José Luis Méndez Méndez *
Los medios estadounidenses traen en estos días calurosos noticias nada reveladoras por su contenido, pero son crónicas anunciadas de algo que se veía venir pues sin mucha intuición se prevén.
Una de ellas se refiere a las mal llamadas emisoras subversivas de radio y televisión Martí, que devoran hace años millonarias sumas de los contribuyentes, desconocedores de que esos fondos abultan las arcas personales de directivos y funcionarios.
Estos engendros mediáticos han estado en la mira de los auditores y al parecer "no aguantan más".
El que hasta el 27 de agosto fue su director, Pedro V. Roig, tuvo la "maña" de perdurar durante más de siete años en el cargo, más que sus predecesores, tal vez por los servicios prestados al terrorismo anticubano o por las habilidades adquiridas en cometer fraudes en programas municipales, estaduales y federales de Estados Unidos.
Esa actitud le dio la flotabilidad necesaria para esquivar algunos intentos de ser remplazado, pero al parecer no pudo más y el viernes entregó la carta de renuncia a su jefe Walter Isaacson, presidente de la Junta de Gobernadores de Transmisiones (Broadcasting Board of Governors), en medio de denuncias, y además, por amiguismo y nepotismo en su administración.
Sobre la transparencia de las operaciones y manejos financieros de estas entidades mediáticas, existen hoy más dudas que en los tiempos en que Herminio San Román fue nombrado por el entonces presidente William Clinton, como director General de T.V y Radio Martí.
Aquel nombramiento tuvo el apoyo decidido de los congresistas de origen cubano Ileana Ros y Lincoln Díaz Balart, quienes le entregaron, como símbolo, una bandera estadounidense que supuestamente flameó en el Capitolio Nacional.
Ese gesto recordó a otro muy parecido, cuando José Pérez San Román, jefe de la fracasada Brigada mercenaria 2506, entregó en un acto al presidente John F. Kennedy una bandera cubana, que supuestamente había sido protegida por los mercenarios durante su incursión en Cuba y resultó un fiasco, ya que después se conoció que había sido confeccionada para la ocasión.
Para poner el parche antes de que se agrandara el hueco, en julio de 2010, Roig redactó una queja por las conclusiones derivadas de una investigación liderada por el senador John Kerry.
El amenazado director general escribió: "Estoy muy decepcionado por los errores en el informe de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, presidida por el senador Kerry, sobre las operaciones de Radio y TV Martí."
Lo primero que le preocupaba a Roig era que el informe había establecido que: "sólo el dos por ciento de los cubanos escuchan Radio Martí, y TV Martí carece prácticamente de televidentes''.
Para cuestionar las conclusiones senatoriales, Roig alegó que supuestos emigrados recién llegados de Cuba le habían informado que entre el 2007 al 2009, la audiencia de Radio Martí oscilaba entre 30 y 45 por ciento y que la de TV Martí entre cuatro y 21.
Según alegó, la calidad de la programación había mejorado, la organización era ya eficiente y los "recién llegados" habían calificado de "objetivas" las transmisiones, nada de lo cual pudo comprobar de manera convincente.
Roig se preocupó respecto a las acusaciones de fraude y conducta impropia en la Oficina de Transmisiones de Cuba, que supervisa a Radio y TV Martí, y reconoció al menos haber detectado un fraude.
La cara real del ladrón
Roig estuvo implicado con los hermanos Rafael y Raúl Villaverde Lamadrid y Antonio de la Cova, en el robo de los fondos del Programa de Ayuda a los Ancianos, en Miami Dade, en 1978.
También se mantuvo muy vinculado al terrorista Antonio Calatayud Rivera, acusado junto a Jorge Más Canosa de haber robado los fondos de la organización contrarrevolucionaria Representación Cubana en el Exilio (RECE).
De la militancia violenta de Roig, dio fe Ernestino Abreu Horta, líder histórico del Movimiento de Recuperación Revolucionaria y ex presidente de la llamada Junta Patriótica Cubana.
Abreu, con armas en la mano, desembarcó en la provincia cubana de Pinar del Río en mayo de 1998 con apoyo del Partido Protagonista del Pueblo (PPP) del terrorista Orlando Bosch.
Al ser detenido y procesado jurídicamente en Cuba, Abreu declaró que su amigo Generoso Bringas Arencibia, jefe de banda de alzados en la provincia de Matanzas en 1961, había laborado en la década de los años setenta como chofer de la Interamerican Military Academy, una escuela de formación castrense privada existente en Miami, cuyo dueño y director era precisamente Roig.
Por su parte el FBI, en su documento desclasificado número 105-304390, enviado por la oficina de esa agencia en Miami a su Dirección en Washington el 16 de agosto de 1978, sobre las acciones terroristas de la llamada Coordinación de Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU), reconoce que el 2 de agosto de 1977 se celebró una reunión en las oficinas de Roig.
En ese encuentro se acordó recaudar fondos para liberar al también terrorista Orestes Ruiz Hernández, detenido en México por asesinar al técnico cubano Artaigñán Díaz el 23 de julio de 1976 como resultado del intento de secuestro a un funcionario consular de Cuba en Mérida.
(*) El autor es profesor universitario y especialista del Centro de Investigaciones Históricas de la Seguridad del Estado (CIHSE).
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