Por M. H. Lagarde
Tras la liberación por parte del gobierno cubano, con mediación de la iglesia y del gobierno español, de varias decenas de mercenarios al servicio del gobierno estadounidense, los mafiosos cubanos en Washington no paran de escribir cartas.
En su última misiva los legisladores -cubano?estadounidenses- denuncian que el gobierno de Barack Obama podría estar negociando un intercambio de presos con Cuba que implicaría la liberación del agente cubano Gerardo Hernández a cambio de lograr el regreso del “contratista” de la USAID, Alan Gross.
Según la agencia DPA, los congresistas republicanos Ileana Ros-Lehtinen, Mario y Lincoln Díaz Balart, así como su colega demócrata Albio Sires y el senador también demócrata Robert Menéndez enviaron hoy en este sentido una carta a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y al fiscal general, Eric Holder, advirtiendo de que este "intercambio de prisioneros" constituiría una "concesión al régimen cubano" que podría tener "serias consecuencias" para los intereses de Estados Unidos.
Aunque en una primera reacción, el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley, dijo no haber escuchado nada sobre un acuerdo de ese tipo y hasta los propios remitentes reconocen en su misiva que hasta ahora se trata sólo de "crecientes rumores", reclaman que, en caso de ser "ciertos", el gobierno "cese de inmediato en esos esfuerzos".
"No podemos permitir este tipo de manipulación de Estados Unidos y un abuso tal de nuestros ciudadanos por la dictadura cubana", sostienen.
Resulta risible que este grupo de legisladores que durante décadas han apoyado, alentado y manipulado en su beneficio personal la política de agresiones de Estados Unidos contra Cuba, hable de manipulación y se muestren preocupados nada menos que por “los ciudadanos estadounidenses”.
A los capos de la mafia anticubana lo único que realmente le interesa de los ciudadanos norteamericanos es el dinero que, como contribuyentes, le aportan a agencias gubernamentales como la USAID.
No es un secreto para nadie que la mayor parte del dinero enviado a Cuba por el gobierno de Estados Unidos para alentar la subversión suele quedarse en los bolsillos de aquellos quienes, desde posiciones de poder, enredan los hilos de la hostil política de la Casa Blanca contra La Habana.
Una carta precedente, escrita hace apenas una semana por la misma banda de Congresistas, tenía como objetivo impedir que el gobierno de Obama reabriera los viajes de académicos y estudiantes norteamericanos a la Isla.
Tampoco es secreto que algunos de estos personajes ganan fuertes sumas de dinero en el negocio del cabildeo para mantener el bloqueo contra Cuba.
Los mafiosos, sin dudas, están asustados. Y ya, hasta los rumores los ponen nerviosos. Si bien es cierto que hasta ahora la industria anticubana es probablemente la única industria que no ha sido afectada por la crisis en EEUU, por lo visto, de acuerdo con las nerviosas reacciones de algunos, podría pensarse que, en cualquier momento, podría caer en bancarrota.
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