miércoles, 15 de septiembre de 2010

¿El modelo estadounidense funciona?

Desde que Lehman entró en quiebra la economía cayó a pique

WASHINGTON — Estados Unidos está aún lejos de terminar de pagar la factura que dejó la quiebra del banco Lehman Brothers hace dos años, que se traduce en un alto desempleo, la explosión de la deuda pública y daños considerables en su sistema financiero.
La muerte de esta enseña de Wall Street, el 15 de setiembre de 2008, debería ubicarse en los libros de historia del país a la misma altura del crack bursátil del 24 de octubre de 1929.
The Wall Street Journal, el diario de mayor tiraje en Estados Unidos, hablaba el lunes de "un mundo después de Lehman" en los mercados financieros.
Holywood lanza el 24 de setiembre una saga del filme "Wall Street" de 1987, con la crisis causada por la quiebra de Lehman Brothers como telón de fondo.
A primera vista, Estados Unidos marcha mejor. El presidente Barack Obama lo repite en cada discurso: la economía del país retomó la senda del crecimiento y la creación de empleos.
Pero estos dos años parecen haber marcado una inmensa brecha entre las elites del país y las clases populares.
"No estoy seguro de que la gente sea conciente de hasta qué punto las cosas andan mal", afirmó Andrew Ross Sorkin, periodista financiero del diario The New York Times, consultado por el sitio web DailyFinance.
Según Sorkin, "nadie sabía que Golman (Sachs) y otras grandes firmas estaban cerca de la quiebra".
"Este país todavía tiene problemas, pero cuando uno se retrotrae a aquellos angustiosos días, en términos relativos, estamos bastante bien", agregó.
Si se sale de Manhattan, esta opinión luce minoritaria.
De acuerdo con un sondeo publicado el viernes por la compañía de seguros Allstate, 56% de los estadounidenses piensa que la economía del país va "en la dirección equivocada", contra 55% que pensaba lo mismo en abril de 2009, cuando Estados Unidos aún estaba en recesión. El pesimismo persiste después de dos años.
"Hasta ahí, el deterioro del mercado inmobiliario y de los préstamos hipotecarios había causado lo que parecía una recesión seria, pero no sin precedentes. Desde que Lehman entró en quiebra, la economía cayó a pique", afirmó Robert Samuelson, editorialista de Newsweek.
Hay dudas acerca de que un salvataje por parte del Estado para evitar la catástrofe hubiera impedido un pánico generalizado.
"Puede ser que no (...). Lo propio de una crisis es que la gente se vea sorprendida y superada por los acontecimientos, y en ese sentido, es posible que los errores cometidos por Lehman hayan sido inevitables", afirma Samuelson.
Error o no, en dos años, esta crisis ha tenido repercusiones duraderas. La tasa de desempleo pasó de 6,2% en aquel momento a 9,6% actualmente; y la deuda pública pasó de 9,634 billones (millones de millones) de dólares a 13,442 billones. Unos 280 bancos declararon bancarrota.
En la opinión pública, se pide que los culpables respondan ante la justicia.
"Nada le pasó a Lehman Brothers (...) después de sus estafas con productos derivados, al estilo Enron, para ocultar su deuda a los inversores", lamentó Zach Carter, de la red periodística antiglobalización AlterNet.
Según The Wall Street Journal, la investigación de las autoridades bursátiles sobre una presunta manipulación para maquillar las cuentas estaría por terminar.
"La SEC quiere las cabezas de los ejecutivos de Lehman. La Casa Blanca también", dijo el viernes Lawrence McDonald, uno de los ex directivos del banco, citado por el blog financiero de The New York Times.

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