Mientras Washington acusa a otros países de ayudar o patrocinar el terrorismo cibernético (las estadísticas oficiales norteamericanas acusan a China de la mayoría de los ataques informáticos contra los sistemas de EEUU), las fuerzas especiales de Estados Unidos se emplean a fondo en la formación del nuevo personal para las guerras cibernéticas.
El comando - formado por 1 000 hackers de élite y espías militares subordinados a un general de cuatro estrellas - es el eje de la nueva estrategia del Pentágono y se espera que sea plenamente operativa el 1 de octubre, según The Washington Post (6).
El Departamento de Defensa tiene “15 000 redes y 7 millones de dispositivos informáticos en uso en decenas de países, con 90 000 personas trabajando para mantener esas redes, cuyas operaciones depende en gran medida de las empresas comerciales” (7). Atraer a los aliados y a las empresas privadas que trabajan en el ámbito de las tecnologías de la información y de la seguridad, es la propuesta de los Estados Unidos para establecer el nuevo orden en el espacio cibernético global.
Teniendo en cuenta todo esto, ¿qué podemos esperar? Es muy probable que podamos esperar el espionaje a través de puertas traseras, gracias a los software de compañías bien conocidas como Microsoft, además del bloqueo informativo, que limite dramáticamente el acceso a fuentes alternativas de información. De modo que a partir del 1 de octubre, todos los logros de la era de la información pudieran ser cuestionados.› Leer Más
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