Está pendiente y al momento de las nuevas tecnologías de la comunicación; se fascina con Wikileaks, “la garganta profunda del Internet”, famosa por la filtración de más de 90 mil documentos militares sobre Afganistán, en los que este nuevo “navegante” está trabajando.
-¿Te das cuenta, compañera, de lo que esto significa? -me dice-. Internet ha puesto en manos de nosotros la posibilidad de comunicarnos con el mundo. Con nada de esto contábamos antes -comenta, al tiempo que se deleita viendo y seleccionando cables y textos bajados de la red, que tiene sobre el escritorio: un pequeño mueble, demasiado pequeño para la talla (aun disminuida por la enfermedad) de su ocupante.
-Se acabaron los secretos, o al menos eso pareciera. Estamos ante un “periodismo de investigación de alta tecnología”, como lo llama el New York Times, y al alcance de todo el mundo.
-Estamos ante el arma más poderosa que haya existido, que es la comunicación -ataja-. El poder de la comunicación ha estado, y está, en manos del imperio y de ambiciosos grupos privados que hicieron uso y abuso de él. Por eso los medios han fabricado el poder que hoy ostentan.
Lo escucho y no puedo menos que pensar en Chomsky: cualquiera de las trapacerías que el imperio intente debe contar antes con el apoyo de los medios, principalmente periódicos y televisión, y hoy, naturalmente, con todos los instrumentos que ofrece la Internet.
Son los medios los que antes de cualquier acción crean el concenso. “Tienden la cama”, diríamos… Acondicionan el teatro de operaciones.Sin embargo, acota Fidel, aunque han pretendido conservar intacto ese poder, no han podido. Lo están perdiendo día con día. En tanto que otros, muchos, muchísimos, emergen a cada momento…
Se hace entonces un reconocimiento a los esfuerzos de algunos sitios y medios, además de Wikileaks: por el lado latinoamericano, a Telesur de Venezuela, a la televisión cultural de Argentina, el Canal Encuentro, y a todos aquellos medios, públicos o privados, que enfrentan a poderosos consorcios particulares de la región y a trasnacionales de la información, la cultura y el entretenimiento.
Informes sobre la manipulación de los poderosos grupos empresariales locales o regionales, sus complots para entronizar o eliminar gobiernos o personajes de la política, o sobre la “tiranía” que ejerce el “imperio” a través de las trasnacionales, están ahora al alcance de todos los mortales.
Pero no de Cuba, que apenas dispone de una entrada de Internet para todo el país, comparable a la que tiene cualquier hotel Hilton o Sheraton.
Ésa es la razón por la que conectarse en Cuba es desesperante. La navegación es como si se hiciera en cámara lenta.-¿Por qué es todo esto? -pegunto.
-Por la negativa rotunda de Estados Unidos a darle acceso a lnternet a la isla, a través de uno de los cables submarinos de fibra óptica que pasan cerca de las costas. Cuba se ve obligada, en cambio, a bajar la señal de un satélite, lo que encarece mucho más el servicio que el gobierno cubano ha de pagar, e impide disponer de un mayor ancho de banda que permita dar acceso a muchos más usuarios y a la velocidad que es normal en todo el mundo, con la banda ancha.
Por estas razones el gobierno cubano da prioridad para conectarse no a quienes pueden pagar por el costo del servicio, sino a quienes más lo necesitan, como médicos, académicos, periodistas, profesionistas, “cuadros” del gobierno y clubes de Internet de uso social. No se puede más.
Pienso en los descomunales esfuerzos del sitio cubano Cubadebate para alimentar al interior y llevar hacia el exterior la información del país, en las condiciones existentes. Pero, según Fidel, Cuba podrá solucionar pronto esta situación.
Se refiere a la conclusión de las obras de cable submarino que se tiende del puerto de La Guaira, en Venezuela, hasta las cercanías de Santiago de Cuba. Con estas obras, llevadas adelante por el gobierno de Hugo Chávez, la isla podrá disponer de banda ancha y posibilidades de acometer una gran ampliación del servicio.›Leer Más
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