Por supuesto, la noticia no podía tener otra sede que Miami. El único lugar del mundo donde puede ocurrir algo tan paradójico e increible como que una organización dedicada a planear y realizar actos de terrorismo como poner bombas en los hoteles de La Habana, pueda convocar a estudiantes cubanoamericanos, de ocho universidades norteamericanas, a realizar una campaña a favor de los Derechos Humanos en Cuba para “asegurar que los abusos del Gobierno castrista no pasen inadvertidos”.
Representantes de la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA), con sede en Miami, anunciaron por medio de un comunicado que “el evento se enmarca en la celebración del Día Internacional de los Derechos Humanos”.
Los estudiantes harán entrega de información en sus centros de estudio y recaudarán fondos para apoyar a los disidentes y alumnos que se encuentran en Cuba enviándoles materiales solicitados, ropa y alimentos.
Los llamados disidentes que apoya la FNCA son los mercenarios dentro de la Isla que deben realizar el trabajo sucio, acciones de propaganda, subversión y terrorismo que los capos de la Fundación planean y organizan, labor por la que se llevan a los bolsillos la mayor tajada del dinero con que el gobierno de Estados Unidos sufraga, desde hace 50 años, su agresión a Cuba.
Los derechos humanos violados a los que se refiere la Fundación es el derecho de Cuba a mantener su independencia y hacerle frente a esa punta de lanza mercenaria a quienes los anexionistas de Miami le envían "ropa y alimentos".
Curiosamente los defensores de los derechos humanos en Miami son quienes protegen a criminales como Orlando Bosh y Posada Carriles profugos de la justicia venezolana por violar un avión civil, con 73 personas a bordo, en Barbados.
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