domingo, 6 de diciembre de 2009

The closest farthest away / La entrañable lejanía: el camino de la tolerancia

Por Lester Sibila Caraballo
Fotos. Adrianne Koteen & Aleigh Lewis


Tres años le tomó a este proyecto finalmente salir a la luz. La entrañable lejanía, titulo en español de la obra (The Farthest-Clothest Away, en ingles) es el primer proyecto escrito, producido y actuado por cubanos y norteamericanos de manera conjunta en muchos años. La obra está pensada esencialmente para el público norteamericano, buscando influenciar en los estadounidenses, a través de imágenes que se superponen detrás de un telón, la visión de Cuba y la necesidad de un diálogo. El hecho de ser estrenada hoy en La Habana, fue resultado de la necesidad de mostrarla a un público que es protagonista de ella. Alrededor de esta obra se ha tejido un paralelo interesante con las relaciones entre Estados Unidos y Cuba como expresara Sage, su creador, cuando decía que si ellos con buenas intenciones y deseos de trabajar no lograban llevar a cabo el proyecto, pues no sería una buena señal para lograr mayores retos entre los dos países. Por su condición de pionero la pieza logra llamar muchas miradas sobre sí misma, llegando a La Habana para el estreno, varios periodistas norteamericanos interesados en mantener esta colaboración. Aprovechando el marco de la 31 edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, la pieza intenta un diálogo sobre la libertad, el amor y la amistad. Con ese mismo espíritu Chi Wang, actor norteamericano fundador del proyecto, me comenta sus experiencias y expectativas.

¿Qué significa para ti estar en Cuba y tener la oportunidad de actuar?

Creo que estar en este teatro y en Cuba me hace sentir muy honrado. Tener la oportunidad de ser invitado a actuar aquí es muy importante para mí porque yo no vine a Cuba en calidad de turista, sino que vine a trabajar. Hacer teatro en Cuba es… ¡no sé cómo explicarlo! Estamos en plena faena porque la obra es una experiencia que se va construyendo a diario, pero el saldo es muy razonable. Lo podría resumir, quizá, en que para mí es muy necesario tener esta conversación con las personas en Cuba; y eso lo hago a través del arte.

¿Ves este proyecto como un paso importante en el camino a una colaboración cultural más estrecha entre Cuba y los Estados Unidos?

Creo que sí. En lo referente a las visiones en el interior del país con relación a Obama, mucha gente está contenta de que él haya llegado al poder. Sin embargo, otras se sienten decepcionadas. Obama creó muchas esperanzas y algunas personas creen que no está haciendo los cambios tan rápidos como deberían ser. Pero yo no tengo problemas con eso porque pienso que su filosofía y su cambio en el tono, motivado por el deseo de comunicarse, es un gran paso de avance. Mucha gente nos dijo que con Obama en el poder no sería necesario este proyecto, pero aun así hay muchas cosas por cambiar y los artistas debemos ayudar a esos cambios también. Esta obra no trata solo de estar juntos sino de lo que pasa cuando estamos juntos. Por lo que aún si los cambios llegan a suceder, lo que más necesitamos es aprender a interactuar y saber comunicarnos, ahí radica la importancia de este proyecto.

¿Confías en que este proyecto ayude a cambiar la mentalidad de los norteamericanos con respecto a Cuba?

Si tengo expectativas de que algo va a pasar, y esas expectativas no son como que vamos a cambiarlo todo, pero algo vamos a cambiar. En los Estados Unidos hay mucha gente apasionada con el tema de las relaciones con Cuba, pero también hay mucha gente que no está tan informada al respecto y no necesariamente ven la posibilidad de cercanía tan lejana. Sin embargo, lo que más espero es que la historia del proyecto inspire a las personas y en especial a los artistas a hacer sus propios trabajos. El hecho de que el proyecto esté integrado por jóvenes artistas, puede contribuir en este empeño.

Tomado de Cubasí

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