En EE.UU. por décadas, desde que se han realizado encuestas, la mayoría de la población estadounidense está a favor de la normalización de relaciones con Cuba.
Muchos sectores económicos en EE.UU., en agricultura, industria farmacéutica, energía, también están a favor de esa normalización.
Típicamente, la población está marginalizada y no sorprende que el gobierno no esté de acuerdo con la opinión popular. En general, el gobierno tiende a seguir políticas que sean favorecidas por grandes sectores del sector corporativo, pero en el caso de Cuba esto no se da.
Es uno de los pocos casos en que el poder del Estado, que está en general determinado por las grandes empresas, toma una posición que las contradice.
Hay una especie de interés estatal en castigar a Cuba, que va más allá de los intereses usuales de ganancias y poder. Y es muy claro en qué consiste ese interés estatal. EE.UU. es un país muy libre y tenemos acceso a archivos internos y sabemos que a inicios de los 60 las administraciones de Kennedy y Lyndon Johnson estaban absolutamente furiosas porque Cuba no estaba sucumbiendo al poder de EE.UU. Esto fue descrito como una especie de insulto.
Los servicios de inteligencia identificaron el principal problema de Cuba como "el exitoso desafío a las políticas de EE.UU. durante 150 años", desde la doctrina Monroe, según la cual la intención de EE.UU. era dominar el hemisferio. Y no se podía tolerar un desafío exitoso así que el pueblo cubano "debía ser castigado".
Cuando uno ve el embargo, las medidas económicas y las guerras terroristas de aquel tiempo, estaban dirigidas explícitamente a castigar lo suficientemente al pueblo para que derrocara a su líder si lograba desafiar a EE.UU.
Es algo así como un complejo de la mafia, el Padrino no acepta desobediencia.› Leer Más
lo felizmente paradójico de esta penosa coyuntura mundial es que la actitud indoblegable de Cuba, con todas las agresiones que sufra y pueda seguir sufriendo, ha puesto a salvo a su población. El hecho de que la resolución de Cuba a ser independiente ha causado el embargo y aunque esto ha sido muy duro, hay que reconocer que también le ha cerrado el acceso a productos agrícolas transgénicos, a productos farmacéuticos dudosos, a comidas y bebidas con ingredientes aprobados por ejecutivos corruptos, como es el caso del Aspartamo que según un neurólogo que supuestamente escribió un libro llamado Excitotoxins (o algo así), fue aprobado por Rumsfeld en los años 80, después que el antiguo director de la FDA (food and drug administration) dimitió por no querer aprobar esta toxina dulce que aparece en la Coca Cola, chiclets y otros productos. Este dato necesita ser confirmado antes de que pueda creerse, pero la verdad es que Cuba con todos los trabajos que está pasando es uno de los países más saludables por el solo hecho de no darle entrada a esa podrida maquinaria BigPharma, BigChema, y no recuerdo lo que sigue, busquen Codex Alimentarius, hay una nutricionista que da una conferencia sobre esto. Una vez más toda esa información debe ser investigada para establecer la veracidad. Todo esto es para decir que el "castigo" viniendo del imperio es más bien una "bendición" solo en cierto sentido, pues la tecnología y otras cosas son indispensables.
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