Una cosa son declaraciones y otra, acciones, dijo el presidente de Bolivia, Evo Morales, en su intervención durante la Cumbre del Grupo de Río en Managua, Nicaragua. A continuación llamó a los gobiernos e instituciones que mantienen operaciones comerciales con Honduras a no suministrar recursos a los golpistas que depusieron violentamente al Presidente Constitucional de ese país: José Manuel Zelaya.
¿Cómo es posible que en este tercer milenio haya militares que no respetan a su pueblo y medios de comunicación que mienten?... preguntó Morales. «Sucesión forzada», así recordó el líder indígena que llamó CNN al golpe de estado de hace unas horas en la nación centroamericana.
Explicó también el mandatario de Bolivia que aún hay uniformados en el continente siguiendo las enseñanzas de la antigua Escuela de las Américas, institución norteamericana que mostraba a los militares de América Latina «que sus enemigos eran los poblaciones latinoamericanas».
«Estamos en tiempos de subordinarnos a los pueblos, a las fuerzas sociales», enfatizó. ¿Cómo es posible que se opongan a una consulta popular, agregó refiriéndose al referéndum constitucional que había propuesto el mandatario hondureño. Seguramente, indicó, los grupos oligárquicos sabían que la decisión que se iba a tomar cambiaría los rumbos del país.
Saludó las políticas que permiten a los hermanos y hermanas de todo el continente participar de manera directa. Que los pueblos decidan y los gobiernos los apoyen. Es la única manera de preservar nuestra soberanía, sostuvo el otrora guía de los cocaleros bolivianos.
Tarde o temprano —concluyó— las reivindicaciones populares se lograrán. Ningún golpe de Estado tiene futuro. Es una simple aventura.
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