Cuba, Kaosenlared y el lobo nuevo

Por: Ernesto Sierra

Yo también abro Kaos… hoy y encuentro las reacciones. Solo que no me sorprenden la mentira y la tergiversación en torno a lo que ocurre en Cuba. Ahora le tocó el turno a la Bienal de La Habana.
La lectura de Kaos… es exigente y deformante. Se demanda del lector una imaginación casi kafkiana para poder deglutir la idea de la realidad cubana que la revista sugiere. Esta vez pareciera que la Bienal de Artes Plásticas de La Habana es un evento clandestino, custodiado por funcionarios feroces, solo salvada del silencio por la “prensa libre” y la acción de individuos destinados a entender Cuba y el mundo mejor que nadie.
Hoy en La Habana confluyen artistas de más de cincuenta países. Se abrazan las muestras personales del colombiano Fernell Franco; del argentino León Ferrari; de Sue Williamson, de Sudáfrica; Luis Camnitzer, de uruguay; Pepón Osorio, de Puerto Rico; Shigeo Fukuda, de Japón; Paulo Bruscky, de Brasil; Hervé Fischer, de Canadá, con las estéticas del también puertorriqueño Antonio Martorell y los cubanos Mendive, Fabelo, Flora Fong, Sosabravo, Kcho, Wifredo Lam, Raúl Martínez, entre muchos otros. Hoy La Habana es una enorme galería de arte. Las exposiciones se extienden desde la pedregosa Habana Vieja y sus fortalezas hasta el moderno recinto de Pabexpo o el limítrofe barrio de La Lisa, pasando por las galerías de programación habitual y los más sorprendentes lugares, sujetos a la creatividad de los artistas. El público se mueve de un lado a otro corriendo la voz de qué se puede ver en cada sitio; coinciden las inauguraciones y no alcanza el tiempo para verlo todo.
Sin embargo, Kaos… cobija a colaboradores y comentaristas que mienten. Estos asalariados cultores de la infamia solo ven ambiente fúnebre en lo que hoy es fiesta del color y las formas en Cuba. Nada de lo que menciono –solo una pequeña visión personal- existe para ellos. Lo único destacable, por tanto existente, son las provocaciones de los mercenarios sin nombre que deben justificar sus estipendios. Es vergonzoso intentar subirse sobre el prestigio de nuestros artistas y el esfuerzo de tantos en organizar un evento de tales magnitudes, para legitimar sus mezquinos intereses. A esos provocadores no les interesa el arte, les interesa la politiquería. Por eso es especialmente despreciable su actitud. Son vampiros de la gloria y el sacrificio ajenos.
Al hacerse eco de esas opiniones estrechas y oportunistas sobre lo que acontece en Cuba, Kaos…acepta formar parte de la familia de quienes las generan. Deben tener cuidado; ya es demasiado evidente la copia con papel carbón del tratamiento dispensado al payaso de Orlando Luis Pardo, a la presentación de libros fantasmas en las afueras de la Cabaña en la Feria Internacional del Libro, y este, a la Bienal. Si continúan con el plan de trabajo, ya casi se puede adivinar cuál será la próxima fechoría. Y, para no variar, siguen poniendo las mismas dificultades tecnológicas para poder colocar comentarios en la publicación, desde Cuba. De ahí que siga pensando de Kaos…que, ni tan caótica, ni tan en la red.