miércoles, 11 de marzo de 2009

EE.UU. y Cuba: Podríamos ser buenos vecinos

Nueve administraciones previas a la de Barack Obama fueron activas promotoras, o cómplices, en el ensamblaje e imposición del bloqueo económico, financiero y comercial que eufemísticamente Washington define como “embargo”. Su declarado objetivo inicial, mantenido a lo largo de medio siglo, ha sido el de “derrotar a la Revolución en Cuba (…) mediante el desencanto y el desaliento basados en la insatisfacción y las dificultades económicas (…), negarle dinero y suministros para disminuir los salarios reales y monetarios (...) a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno cubano…”, según consignó el 6 de abril de 1960, un informe secreto suscrito por el funcionario del Departamento de Estado Lester D. Mallory, desclasificado en 1991.
El bloqueo no logró su propósito de derrotar a la revolución en Cuba pero, dada la desproporcionalidad de los contendientes, ha obtenido no pocos frutos parciales en términos de percances económicos que solo a costa de grandes sacrificios los cubanos han podido resistir.› Leer Más

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