Por Leo Burkins
Un artículo de la revista Cubaencuentro, circula en estos días, en los blogs y sitios de ballet y arte de diferentes partes del mundo. En una desafortunada entrevista realizada por Armando López, se hace una acusación explicita de la bailarina Caridad Martínez, contra la directora y su maestra Alicia Alonso, señalándola de racista, egoísta e inhumana, por no haberle otorgado el papel protagónico de "Giselle" de Adams, en cuyo roll la diva cubana, es indiscutiblemente, su papel emblemático. Aquí entran en pugna lo ético y lo estético.
Un artículo de la revista Cubaencuentro, circula en estos días, en los blogs y sitios de ballet y arte de diferentes partes del mundo. En una desafortunada entrevista realizada por Armando López, se hace una acusación explicita de la bailarina Caridad Martínez, contra la directora y su maestra Alicia Alonso, señalándola de racista, egoísta e inhumana, por no haberle otorgado el papel protagónico de "Giselle" de Adams, en cuyo roll la diva cubana, es indiscutiblemente, su papel emblemático. Aquí entran en pugna lo ético y lo estético.
Decepciona Caridad Martínez, por dejarse utilizar, por la propaganda política por la citada revista. El tema del racismo, aunque ha sido real, es algo bastante en vía desuperación, hoy en día, las compañías están llenas de ejemplos de bailarines de todas las etnias abordando todos los rolles, por ejemplo, proveniente del Ballet de Cuba, es el gran bailarín Carlos Acosta, ahora el primer estrella del Royal Ballet de Londres cuya versatilidad la ha permitido abordar disímiles papeles. Caridad Martínez, con categoría de bailarina principal actuó notablemente, en Coppelia, La fille Mal Gardee, La Sílfides, Lago de los cisnes, Bella durmiente y las obras propias del BNC como Pas de Quatre, Don Quijote, Plasmasis, Muñecos y Carmen. Lanzar la proclama del reiterado, victimismo, contra instituciones que permanecen dando frutos, como el Ballet Nacional de Cuba: "por culpa de Alicia no hice esto o no hice aquello", sin una idea objetiva de las condiciones particulares de cada quien, es llamar la atención con oportunismo. Es una declaración llena de contradicciones. Si las razones son estéticas, sería mas sustentable su punto de vista, ya que ella misma esta afirmando, que era obligada a hacer el repertorio romántico lleno de "cisnes, princesas melancólicas y hadas". y que su temperamento interior como artista era otro cosa, algo en lo cual muchos estamos de acuerdo, si es así, es normal que no se adecue al personaje de "Giselle".
Ninguna de las grandes del ballet, ni la misma Alicia Alonso interpretaban todos los personajes del repertorio clásico. Por algo el corógrafo Alberto Méndez elige a la primera solista Caridad Martínez, para su gran obra "Muñecos" y no a Alicia Alonso, ya que este es un papel pintado para ella, y no se trata precisamente de una muñeca negra. Cada personaje requiere características, tanto en la actuación, ballet y la opera, no es cuestión de raza sino de cuerda dramática.¿Acaso la Madame Buterfly solo podría ser cantada por japonesas? ¿Por qué se lamenta de no haber hecho "Giselle"? Si se trata de una acusación política suena a chantaje y a falta de ética. Si es por estilo de actuación, esto se podría haber observado, con anterioridad, desde sus estudios en Cubanacan, donde también existe una escuela de DanzaModerna, y haber cambiado la carrera, pero claro que no, Caridad Martínez fue una excelente bailarina de ballet clásico, fue correcto que de allí se graduara y que le diera al Ballet Nacional de Cuba, una personalidad única y maravillosa sin que tuviera que hacer la "Giselle" porque no lo necesitó para ser una artista premiada en certámenes internacionales y ser recordada por el publico. Ahora lo considera "humillante y frustrante".
Cuando salió del Ballet de Cuba, en 1985, pudo organizar otra agrupación, el Ballet Teatro de La Habana y proclamar un línea muy interesante integral con actores y bailarines, con todo el apoyo del Ministerio de Cultura, fue el grupo mas apoyado fuera delballet, en ese momento, estaba espléndida como bailarina y tenía sobre si misma toda la expectación del público y la crítica.¿Porqué no se auto montó una "Giselle" en el Mella? ¿A su gusto y medida, teniendo a su lado a Jorge Esquivel y un elenco profesional salido de las escuelas de arte? Pero prefirió, como afirma ahora, provocar "con un público que aplaudía a rabiar las burlas a cisnes y príncipes desvaídos" por lo tanto, esta claro que el mensaje era contra la línea estética del Ballet Nacional de Cuba, lo cual es válido, sin embargo en su primera gira en México, anunciaba al ballet Teatro de La Habana, como que era la compañía de Alicia Alonso, sin serlo, es posible que fue un ardid de los empresarios de la gira, pero la directora lo permitió ya esto no es válido ni honesto porque se trata de un engaño al público.
Entonces fueron útiles y convenientes las princesas y las hadas del ballet clásico. En la entrevista refleja una mirada de superioridad desde el Brooklyn Ballet School denostando y descalificando al BNC. Este ballet aunque reside en Estados Unidos, no esta por encima al Ballet Nacional de Cuba, pero es un camino muy interesante para esta artista cubana, ahora como coreógrafa, que podría desarrollar una buena labor sin enviarlanzas envenenadas de calumnias contra la compañía donde se formó y donde realizó la mejor parte de su carrera como interprete, que actúa para el público que la admira y la recuerda, lamentablemente alentada por el negocio de la politiquería.
Ninguna de las grandes del ballet, ni la misma Alicia Alonso interpretaban todos los personajes del repertorio clásico. Por algo el corógrafo Alberto Méndez elige a la primera solista Caridad Martínez, para su gran obra "Muñecos" y no a Alicia Alonso, ya que este es un papel pintado para ella, y no se trata precisamente de una muñeca negra. Cada personaje requiere características, tanto en la actuación, ballet y la opera, no es cuestión de raza sino de cuerda dramática.¿Acaso la Madame Buterfly solo podría ser cantada por japonesas? ¿Por qué se lamenta de no haber hecho "Giselle"? Si se trata de una acusación política suena a chantaje y a falta de ética. Si es por estilo de actuación, esto se podría haber observado, con anterioridad, desde sus estudios en Cubanacan, donde también existe una escuela de DanzaModerna, y haber cambiado la carrera, pero claro que no, Caridad Martínez fue una excelente bailarina de ballet clásico, fue correcto que de allí se graduara y que le diera al Ballet Nacional de Cuba, una personalidad única y maravillosa sin que tuviera que hacer la "Giselle" porque no lo necesitó para ser una artista premiada en certámenes internacionales y ser recordada por el publico. Ahora lo considera "humillante y frustrante".
Cuando salió del Ballet de Cuba, en 1985, pudo organizar otra agrupación, el Ballet Teatro de La Habana y proclamar un línea muy interesante integral con actores y bailarines, con todo el apoyo del Ministerio de Cultura, fue el grupo mas apoyado fuera delballet, en ese momento, estaba espléndida como bailarina y tenía sobre si misma toda la expectación del público y la crítica.¿Porqué no se auto montó una "Giselle" en el Mella? ¿A su gusto y medida, teniendo a su lado a Jorge Esquivel y un elenco profesional salido de las escuelas de arte? Pero prefirió, como afirma ahora, provocar "con un público que aplaudía a rabiar las burlas a cisnes y príncipes desvaídos" por lo tanto, esta claro que el mensaje era contra la línea estética del Ballet Nacional de Cuba, lo cual es válido, sin embargo en su primera gira en México, anunciaba al ballet Teatro de La Habana, como que era la compañía de Alicia Alonso, sin serlo, es posible que fue un ardid de los empresarios de la gira, pero la directora lo permitió ya esto no es válido ni honesto porque se trata de un engaño al público.
Entonces fueron útiles y convenientes las princesas y las hadas del ballet clásico. En la entrevista refleja una mirada de superioridad desde el Brooklyn Ballet School denostando y descalificando al BNC. Este ballet aunque reside en Estados Unidos, no esta por encima al Ballet Nacional de Cuba, pero es un camino muy interesante para esta artista cubana, ahora como coreógrafa, que podría desarrollar una buena labor sin enviarlanzas envenenadas de calumnias contra la compañía donde se formó y donde realizó la mejor parte de su carrera como interprete, que actúa para el público que la admira y la recuerda, lamentablemente alentada por el negocio de la politiquería.
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